Aguacero de albóndigas estereoscópicas
Pues por ahora sigue sin convencerme en cine estereoscópico, sí, el de las gafitas por mucho que haya mejorado la técnica. Pesan, quitan demasiada luminosidad, y narrativamente la tercera dimensión sigue sin aportar absolutamente nada. Pasada la primera sorpresa del novato, todo parece reducirse a que te lancen cosas a la cara. Claro que afecta la película que veas, y yo vengo afectado por ver "Lluvia de albóndigas" (Cloudy with a Chance of Meatballs).
Una buena historia original se convierte en una mezcla de Jimmy Neutron y el Laboratorio de Dexter. El guión pretende hacer una parodia del cine de catástrofes, pero directamente se excede hasta la ridiculez, en una prolongación del final sin sentido; carece de subtramas y no dedica ni un mal guiño a los padres. Los personajes, planos, sin el menor atisbo de conciencia social respecto al hambre en el mundo; machistas (de la peor escuela, la que elimina los escasos papeles femeninos a una madre que desaparece como por arte de magia aunque al final te enteras de que ha muerto, o en la que la chica es una becaria mona de generosas caderas que naturalmente acabará con el prota...). La animación, amaderada, con texturas simples, dirección de arte sosa, sin detalles. Sólo el cuento original de Judi Barret y un par de recursos clásicos, del estilo que el problema se resuelva al final con una cuestión aparentemente anecdótica presentada al principio, no la convierten en un episodio cualquiera de Cartoon Network.
Y claro, esto no lo arregla el 3D esteroscópico, en todo caso lo estropea. Porque los creadores se obsesionan con sacarle partido y el dinero que deberían haber dedicado a que los alimentos que llueven del cielo no parezcan sacados de una tienda de Imaginarium de plásticos que parecen, pues lo dedican a diseñar escenas que justifiquen ese lanzamiento constante de objetos a las butacas.
Si la lucha contra la piratería pasa convertir las salas en una suerte de Futuroscope o incluso en una inmensa "CAVE" de realidad inmersiva o aumentada, será una lucha perdida. En realidad el cine será quien salga perdiendo y volverá a quedar en atracción de feria, como cuando lo inventaron.
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