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Mostrando entradas de mayo, 2011

Manejando el mando

Esta mañana he estado en una amena charla de Ricardo Vaca . Aconsejaba invertir en Telecinco y Antena 3  porque seguirán llevándose el gato al agua en la publicidad audiovisual. Su visión no era muy optimista acerca de las posibilidades de subsistencia de las cadenas minoritarias, ni qué decir tiene de las cadenas locales. Internet, todavía es una incógnita tan hiperfragmentada que ni siquiera se contempla más allá de un largo parto. Y mencionaba la famosa cita de Antonio Gramsci sobre la crisis: cuando lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer. La testaruda realidad. La resistencia al cambio. Si algo representa a la perfección el actual statu quo, el zeitgeist, sin ninguna duda es la televisión. Y siendo un sector donde todo está siempre en el aire, si me permite la broma, desde los programas hasta los ejecutivos, resulta todo un paradójico espectáculo comprobar cómo se resiste al cambio. Digo televisión pero en realidad me refiero a la audiencia de la televisión y a

Ciudadanos normales

Pues tras las elecciones municipales y autonómicas en España, yo me esperaba más votos para el Partido Popular, sobre todo teniendo en cuenta al PSOE. También me esperaba más votos para Izquierda Unida, y para UPyD. Y, aquí en Galicia, para el BNG. Sobre todo teniendo en cuenta al PSOE. Pero voy a dejar la política al lado un momento. Porque viendo a tanto votante, incluido los blancos y nulos, y viendo tanto hincha futbolero o hincha sin más, me pliego a la normalidad de los ciudadanos normales, los que no acampan, sean o no regulados o prejubilados o les rebajen el sueldo, personas realistas que disfrutan viendo descabalgar al que manda o subir al aspirante, a veces cándido candidato, que no creen en las revoluciones ni en las reformas, ni siquiera en los productos financieros que contratan. Sólo van al bar o a la grada y van tirando, aunque sea tirando para abajo. Lo malo de la normalidad es que no cambia el modelo productivo de un país, sino que se acostumbra morosa al recorte en

Indignados

Manifestaciones, concentraciones, acampadas... la "spanishrevolution", unos cientos, unos miles, quizá lleguen a cientos de miles, ¿millones? A veces estas movilizaciones consiguen milagros. Pocos milagros. Pocas veces. Pero si no existen, nunca ocurren. Personalmente preferiría que todos lo que piensan o pensamos que los políticos mayoritarios no nos representan votasen a otros, a los minoritarios, o creásemos nuevos partidos, nuevos movimientos que salten al ruedo de las urnas, sin abstención, sin voto nulo, o incluso que se asalten los propios partidos mayoritarios, inundándolos de nuevos afiliados y provocando mecanismos de democracia interna, desde las juntas locales hasta los congresos nacionales. Preferiría, en definitiva, que la gente volviera a la política, no sólo a la calle. Y que la Democracia Real Ya se ejerciese por convencimiento individual de que tenemos poder, al menos un cierto poder. Nos han dicho desde siempre que la conciencia política depende de la for