Belén Esteban y la espiral del silencio


La espiral del silencio es ya una clásica teoría de la comunicación (tiene 35 años y en este sector esto es "clásico") que fue elaborada por la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann. En esencia, sostiene que es menos probable que una persona manifieste su opinión cuando se siente parte de una minoría por miedo a ser marginada y que los medios de comunicación de masas refuerzan las opiniones de las mayorías de modo que van poco a poco acallando al discrepante. Si a esto le añadimos la evidente influencia de esos medios en la fijación de los temas que se debaten en la sociedad (como mantiene otra teoría ya clásica, la agenda-setting) y que los medios más dispersos siguen a los más concentrados (internet sigue a la prensa, la prensa a la televisión, la televisión a las dos o tres grandes agencias internacionales), pues nos encontramos ante un panorama nada alentador para la libertad de expresión, no tanto porque no exista la capacidad sino porque desaparezca la voluntad de expresarse libremente.

Dicho de otra forma, que la primera comparencia ante las cámaras de Belén Esteban tras su operación de cirugía estética sea un éxito de audiencia, incluso que ya lo fuera para la prensa del corazón y que se convirtiera en la noticia más leída de muchos periódicos digitales implica más que simple telebasura, metatelevisión o trivialización de los medios. Implica el silencio de miles, de millones de personas, implica la desaparición de la parrillas de programación de multitud de temas de interés para múltiples minorías. Mientras Belén Esteban arrasa, como tantas otras veces lo han hecho fenómenos similares, muchos pierden hasta el deseo de rebelarse, con tal de sentirse igual a los demás. Por cierto, igual que con el fútbol.

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