La agresión a Berlusconi

De acuerdo, hay imágenes de excelente calidad. La galleta no llega a la vis cómica del zapatazo a Bush, pero tiene su morbo ver a un mandatario europeo tan controvertido con la cara partida. Tampoco es un merengazo, había sangre. Y además está la eterna cuestión de la seguridad de gobernantes cuando se rodean de multitudes. Así que, lo admito, raro sería algún medio no aprovechase este material. Pero, qué quieren que les diga, en mi humilde opinión no deja de ser un tipo de periodismo bastante trivial, complaciente con el espectáculo, bobalicón.

Los informativos se han llenado de este tipo de noticias bobaliconas, como conversación de ascensor. Muchos sucesos, algún cotilleo aunque sea disfrazado de deportes (genial si aparecen amantes tetudas), el frío, o el calor, o la lluvia, sobre todo si afecta a la sede central del medio de turno (en España, para qué engañarnos, si nieva en Madrid es primera plana), reportajitos de sociedad o cultura monos, con un osito gracioso, una adicción a las compras, un catedrático explicando el fenómeno, algún estreno cinematográfico generalmente norteamericano (que Hollywood necesita apoyo, el pobre) o algún chascarrillo o algo lírico sobre internet o una exposición.

Claro que a lo mejor siempre ha sido así, o puede que cada vez nos estén narcotizando más. O simplemente me estoy haciendo mayor y ya no disfruto del periodismo de varietés como antes.

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