No es sólo la jubilación
Que la edad de jubilación suba a los 67 es casi lo de menos. La esperanza de vida ha crecido, las condiciones físicas y mentales son mejores. En muchas profesiones incluso es una edad temprana para el retiro. Lo importante políticamente es que se engañe. Y que demográficamente no se haga nada por intentar cambiar la tendencia de envejecimiento. Y económicamente que sólo se afronte el problema desde una perspectiva financiera, contable. Y que aparentemente no se monte la marimorena. A pesar del paro, a pesar de que la inmigración ha dejado de venir. Ahora somos pobres. Además de tontos.
Si no conseguimos que la gente vuelva a tener descendencia a los 25 años en vez de los 40. Si no logramos que vuelva a estar de moda ser independiente de los padres aunque no tengas dónde caerte muerto, compartiendo piso, de alquiler en el extra extrarradio, incluso de vuelta a los pueblos, que Zara está en Arteixo y es global, hombre, que se vive mucho más barato en localidades de 5.000 habitantes que en las de 500.000 ó 5.000.000. Si no convencemos a la gente de que en la tierra también hay riqueza, que la agricultura puede ser rentable y moderna. O que no hay por qué encontrar empleo sino trabajar, emprender, crear. Que el mundo no se acaba en la punta de nuestra nariz, que las oportunidades hay que buscarlas, que el planeta se ha empequeñecido y casi todo está a un click, a una llamada de teléfono e incluso aún tratando con pesadísimos átomos, en lugar de bits, es posible moverlos de oriente a occidente en 24 horas. Que se puede y se debe trabajar tanto como estudiar, incluso que se pueden hacer las dos cosas durante toda la vida, aún estando retirado, o trabajar gratis a cambio de aprender, o aprender gratis a cambio de trabajar. ¿Se imaginan que ocurriría si alguien pusiera el servicio social obligatorio? ¡Qué horror políticamente incorrecto! O que los padres dejaran de tener la obligación de mantener a los hijos a los 16 años o que estos tuvieran que trabajar en hospitales, residencias, juzgados, guarderías, ambulancias, limpieza, matenimiento... como antes se hacía el servicio militar... o que los cuatro millones de desempleados se pusieran a hacer algo....
En un país que se permite tener tantas manos y tantos cerebros desperdiciados, tanta tierra y tanta juventud en barbecho, pensar que prolongar la edad de jubilación dos años soluciona algo, incluso desde el punto de vista de caja o, más profundo aún, de seguridad social, en el amplio sentido del término, es como combatir el cáncer con aspirinas y tiritas. Tenemos problemas muy serios. Y los que deben solucionarlos están de broma.
Si no conseguimos que la gente vuelva a tener descendencia a los 25 años en vez de los 40. Si no logramos que vuelva a estar de moda ser independiente de los padres aunque no tengas dónde caerte muerto, compartiendo piso, de alquiler en el extra extrarradio, incluso de vuelta a los pueblos, que Zara está en Arteixo y es global, hombre, que se vive mucho más barato en localidades de 5.000 habitantes que en las de 500.000 ó 5.000.000. Si no convencemos a la gente de que en la tierra también hay riqueza, que la agricultura puede ser rentable y moderna. O que no hay por qué encontrar empleo sino trabajar, emprender, crear. Que el mundo no se acaba en la punta de nuestra nariz, que las oportunidades hay que buscarlas, que el planeta se ha empequeñecido y casi todo está a un click, a una llamada de teléfono e incluso aún tratando con pesadísimos átomos, en lugar de bits, es posible moverlos de oriente a occidente en 24 horas. Que se puede y se debe trabajar tanto como estudiar, incluso que se pueden hacer las dos cosas durante toda la vida, aún estando retirado, o trabajar gratis a cambio de aprender, o aprender gratis a cambio de trabajar. ¿Se imaginan que ocurriría si alguien pusiera el servicio social obligatorio? ¡Qué horror políticamente incorrecto! O que los padres dejaran de tener la obligación de mantener a los hijos a los 16 años o que estos tuvieran que trabajar en hospitales, residencias, juzgados, guarderías, ambulancias, limpieza, matenimiento... como antes se hacía el servicio militar... o que los cuatro millones de desempleados se pusieran a hacer algo....
En un país que se permite tener tantas manos y tantos cerebros desperdiciados, tanta tierra y tanta juventud en barbecho, pensar que prolongar la edad de jubilación dos años soluciona algo, incluso desde el punto de vista de caja o, más profundo aún, de seguridad social, en el amplio sentido del término, es como combatir el cáncer con aspirinas y tiritas. Tenemos problemas muy serios. Y los que deben solucionarlos están de broma.
Estoy de acuerdo. Falta audacia. Entre los que controlan el cotarro y entre los que somos jóvenes. Parece que somos más dóciles y usamos menos la imaginación. Pero la verdad es que cada vez tengo esta conversación con más gente: con un poco de suerte se está creando una nueva corriente de moda. A pesar de que en efecto parezca que nuestros líderes están de broma. Un saludo.
ResponderEliminarOjalá, su clarividencia la tuvieran los que deben solucionarnos los problemas; pero...están ahí para solucionarlos o... su gestión es pura falacia.
ResponderEliminarEnhorabuena por su entrada.
Un saludo