Jefes de prensa a la antigua


Aunque estoy de vacaciones y prácticamente no me entero de nada de lo que está pasando, ayer me encontré con este vídeo que ha despertado bastante polémica en España, al menos en los corrillos periodísticos.

En esta vulgar historia cotidiana, lo único nuevo es que se ha grabado, que se ha emitido por televisión (la pública ¡guau!) y que se ha rebotado en YouTube. Por lo demás, la vieja historia de siempre. Un jefe de prensa que se cree algo porque el medio es público y el gobierno lo controla, o porque es privado y el gobierno le da campañas de publicidad y convenios de difusión. Un jefe de prensa que no escucha y que ataca en lo personal, me voy a enterar de quién eres, voy a por tí, etc. Y a veces, que no sé si es el caso, un periodista un poco toca webs, que no respeta lo que debería respetar, no por hacer bien su trabajo, sino por, eso, tocarlos.

No es motivo por el que interrumpir las vacaciones, ya. Hombre, escribir en el blog no es precisamente un trabajo, y a veces se dejan pasar oportunidades como estas y no se aprovecha para reflexionar un poco sobre cierto estilo de dirección de comunicación, ciertas personalidades periodísticas y ciertos individuos con poder, ya sea político o económico, que utilizan a sus jefes de prensa a la antigua: como perros guardianes.

Y es curioso que sigan ocurriendo escenas de este calibre, porque la dirección de comunicación se ha profesionalizado mucho.

Claro que me olvidaba de que hay quien prefiere no contratar a profesionales.

En los gabinetes de prensa, pero también en los medios, por cierto.

Y a lo mejor este no es el caso, insisto.

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