Hay miles de cuestiones sobre las que no tengo opinión, sólo estómago. La identidad sexual es una de ellas. No sé qué pensar ante alguien que duda sobre quién es. Y me quedo desconcertado ante la realidad de que algunos hombres quieren ser mujer o viceversa. O ante el hecho de que a un hombre le atraigan los hombres, a una mujer las mujeres. No tener opinión no significa mucho. La mayoría de las cosas se aceptan, se observan, gustan o no, simplemente están. Si dudo sobre la identidad sexual de una persona, me siento inseguro, como con cualquier duda, pero lo acepto como algo que no es de mi incumbencia salvo, naturalmente, que tenga algún interés sexual en ella o sea un juez deportivo ante uno de esos extraños casos como el de la corredora surafricana Caster Semenya . Pero no me quiero referir a la atleta sino a una actriz, Antonia San Juan , con la que comparto una homonimia razonable. Aunque escribamos nuestro apellido de forma diferente, ella separado y yo junto, y ella sea Antonia ...
En el taller no encuentran la avería después de un mes. En la telefónica te facturan servicios que nunca has solicitado ni utilizado. Vas al banco seis veces para presentar el mismo papel y cada vez le ocurre al impreso algo diferente. El dermatólogo, tras un año en lista de espera y una reclamación, no tiene ni idea de lo que te pasa. La aseguradora te explica que precisamente esa fuga en la cisterna no está cubierta por la póliza. En el trabajo no quieren pagarte un kilometraje porque no has ido por autopista. Te trolea un chatbot, después de tres horas de espera, pidiéndote los mismos datos que has dado al principio, vuelve a iniciar el proceso y te informa de que el tiempo de espera es elevado. Lo admito, necesito vacaciones. Probablemente el sector turístico funcione mejor, me digo. Casi seguro que los empresarios hoteleros habrán contenido los precios ante la competencia de los pisos turísticos. Los vuelos serán más baratos frente al tren de alta velocidad. Hasta es posible que e...
Mira que llevo años en esto y todavía me sorprendo con el éxito de las teorías de la conspiración. El tema me parece tan interesante que de vez en cuando hasta lo utilizo como material docente: a veces para hablar de narrativa, a veces para hablar de teoría de la comunicación o de la comunicación en red, incluso como ejercicio de realización. Crear un falso documental o analizar la elaboración de una historieta mediante técnicas de cross media da un juego estupendo para que los futuros comunicadores comprueben lo fácil que resulta manipular, incluso sin necesidad de mentir. Con el terremoto de Chile, el de Haití, la inestimable colaboración de Hugo Chávez como artista invitado, un periódico español, un informativo estadounidense, y un montón de personas dispuestas no sólo a creer sino a trabajar activamente en la propagación de la nueva verdad, se extiende como la pólvora la idea de que un experimento secreto de los Estados Unidos, denominado HAARP , ha provocado estas últim...
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