Mi monstruo de Twitter

Llevo unos días dándole vueltas a mi relación con Twitter. Sigo a unas 150 personas. Su selección me ha llevado casi un año. No quiero incrementar la cifra porque empezaría a resultarme inútil. Aunque ya decía lo mismo cuando llegué a 50 o a 100. Son personas inteligentes, de varios de los ámbitos que me interesan, con una curiosa mezcla de edades, incluso de países, que me sueltan pequeñas  perlas que poco a poco van haciendo mella. No leo todo, ni abro todos los enlaces propuestos, claro; pero el goteo es constante y me he dado cuenta de que he ido juntando en el fondo a personas más o menos parecidas que casi siempre confirman lo que ya pienso o me amplían información para confirmarlo. El proceso no es nuevo, ni mucho menos. Se denomina distorsión selectiva. Pero nunca me lo había planteado con mi Twitter.

Sucede con toda la información. Si usted es de izquierdas se informa con un periódico de izquierdas, y si el de Barça pues sigue una emisora barcelonista. Pero es que con Twitter parece que todo el mundo es de derechas o del Barça (es un modo de hablar, podría ser de izquierdas o del Milan). Quiero decir que poco a poco he homogeneizado lo que en  principio era  muy diverso, o al menos me lo parece. Y si no me paro a pensar, acabo por tener la sensación de que lo que dicen en mi Twitter es palabra de dios. Curioso.

Enfrentarse a la opinión de un medio con espíritu crítico no resulta sencillo. Pero hacerlo frente a 150 opiniones de gente que en principio respetas requiere un esfuerzo titánico, que naturalmente no hago. Y me dejo llevar. Así que mi Twitter se me ha convertido en un generador de opinión que en lugar de tener una línea editorial clara es el resultado de la disolución de 150 opiniones, breves pero constantes. Mi distorsión selectiva hace el resto. Me he creado un nuevo monstruo.

Comentarios

  1. Uf! con los que cuesta hacerse con una buena reserva de prejuicios o de ideas preestablecias...

    Me gustó tu blog y la temática me resulta bastante afín. Saludos.

    P.D. Soy de izquierdas y del Barça. ;)

    ResponderEliminar
  2. Hala, jajaja, tienes razón, mira que cuesta hacerse de izquierdas y del Barça. Eh! un momento, del Barça es fácil, no vale. ;-)

    ResponderEliminar
  3. Interesante y reflexivo artículo.
    Al principio, me aficioné mucho a Facebook, me hacía amigo de todo lo que se moviera y me apuntaba a todos los grupos. Pero estoy hablando de hace más de un año. Ahora he limitado mucho el uso de esta red a unos 90 "amigos" (no entiendo por qué se le llama así) y me estoy centrand más en Twitter, pues comparto y recibo mucha información allí.
    Sigo a bastantes, también me siguen muchos, pero no importa porqué no doy información confidencial.

    Un saludo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Antonia San Juan no es un hombre

Aguacero de albóndigas estereoscópicas

Cambio horario: a quien madruga... le salen ojeras