Éxitos y efectos de campañas virales

Marketing es producir lo que se vende, no vender lo que se produce. Este viejo aforismo comercial viene al pelo cuando se trata de Internet y de Comunicación en general.  

La estrategia del PSOE de utilizar la red en la campaña de las europeas se ha anotado su primer éxito: colocar uno de sus vídeos en el ranking de Viral Video Chart, una web donde se informa de los vídeos que se "blogguean" más, es decir, los que más se enlazan en todo tipo de blogs. Al igual que ocurre con los vídeos más vistos de YouTube, no es que sea un dato para presumir sobre la calidad, pero sí sobre el interés.

Los partidos políticos, como las empresas, recurren con frecuencia al marketing y a la comunicación para colocar su producto. Y a veces coincide con lo que quiere el mercado. Por eso parece que saben lo que hacen. 

Pero el éxito en Internet responde con frecuencia al trazo grueso: algo puede ser muy visto por malo, porque las técnicas virales han funcionado, porque los apasionados son muy activos tanto a favor como en contra.

La existencia de esos vídeos ha sido promocionada por los medios de comunicación convencionales, periódicos, televisiones, tertulias, se han usado redes sociales y correos electrónicos. Su eco está garantizado. Pero ¿y su efecto?

PD: el mismo día que vi el vídeo del PSOE recibí un correo de una amiga que decía así:

"Los viajeros que pasaban el pasado 15 de enero por la estación de Liverpool Street se vieron sorprendidos por una original acción de Saatchi & Saatchi Londres para T-Mobile. Cuando el reloj marcaba las once de la mañana y sin previo aviso, 400 bailarines que hasta entonces estaban perfectamente camuflados entre los pasajeros comenzaron a ejecutar una espectacular coreografía al ritmo de ocho canciones distintas. Diez cámaras ocultas grabaron el evento y las reacciones del público, para después utilizar las imágenes en un spot de televisión que comenzó a emitirse al día siguiente en la televisión británica. Tanto el vídeo como el making of han conseguido millones de visitas en YouTube, donde se ha creado un canal para que los usuarios suban sus propias coreografías (La acción forma parte de la nueva campaña de T-Mobile, cuyo eslogan es Life's for sharing (La vida es para compartir).La coreografía dura menos tres minutos y utiliza ocho éxitos de distintas épocas". 

¿Provocarán las dos campañas efectos comparables?

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