Del estado del arte al Zeitgeist

Al entrar en los ambientes académicos uno se encuentra, como en cualquier otro círculo profesional, con una jerga particular que hay que intentar dominar si se aspira a pasar por uno de ellos, de los académicos, digo. Durante un tiempo te resistes a emplearla pero tarde o temprano terminas por entregarte con armas y bagajes y acabas hablando de falsación, paradigmas, epistemología o hermenéutica con aparente soltura.

Una de las expresiones que más le cuesta utilizar al aprendiz de científico, el estudiante de doctorado, es "el estado del arte". A algunos sencillamente les parece ridícula, otros se preguntan: "cómo del arte, qué arte, si yo soy ingeniero"; otros te dicen: "será estado de la cuestión, como el estado de la nación". Y por mucho que le expliques el origen aristotélico o la costumbre anglosajona no logras que se sientan cómodos. Eso sí, en cuanto deben escribir unos folios o un capítulo de tesis sobre el estado del arte recurren, cómo no, a Wikipedia y Google. Hay quien incluso descubre en ese momento Google Zeitgeist.

Entonces te das cuenta de que, salvo por ser un negocio en sí mismos, pintan bastos para el mundo de las revistas científicas, los congresos no folclóricos o sanitario-comerciales, las editoriales de reconocido prestigio, las revisiones por pares, los papers y el JCR (si no sabe de qué hablo, mejor para usted, se lo aseguro). Y me pregunto yo si las guerras incruentas que históricamente ha habido entre corrientes científicas, academias y escuelas de Chicago, Viena o Frankfurt se estarán trasladando a Internet.

Pruebe por ejemplo con tres teorías que espero por su bien que no conozca demasiado (si las conoce quizá usted no sea el lector adecuado para este post, o sí, yo qué sé). Teclee en Google: "usos y gratificaciones", "agenda setting" o "teoría del cultivo". Y sorpréndase hombre, sorpréndase de que su navegador le complete la expresión antes de que acabe de escribirla. Es el nuevo estado del arte. No tengo ni idea de si es mejor o peor.

De lo único que estoy seguro es que estamos perdidos.

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