Los problemas de Mediapro son nuestros problemas.org

Si el fútbol quiebra, ríase usted del rescate del sistema financiero o de la reforma laboral: se arbitrarán todas las medidas necesarias para que continúe el espectáculo. No será lógico pero quién habla de lógica aquí. El concurso de acreedores de la empresa que proporciona la mitad de los ingresos a los clubes de fútbol pondrá nerviosos a unos cuantos multimillonarios, pero en seguida se encargarán de trasladar la tensión a las masas. Y los rescatarán, no le quepa duda.

Las televisiones hincharon el globo del fútbol hasta convertirlo en su ruina. Una estrategia que comenzó cuando las gradas se vaciaban y la promesa de la televisión de pago auguraba unas rentabilidades que no se han producido. Ahora el sector audiovisual contempla atónito como los disparatados derechos de imagen, no sólo del fútbol, por cierto, han enriquecido de forma salvaje a unos cuantos deportistas, entrenadores y gestores, que lejos de ajustarse al mercado real (ya sabe, TDT, atomización de audiencias, descenso de los ingresos por publicidad, internet, etc) han jugado a los globos como los bancos y el mercado inmobiliario: inflando, inflando e inflando hasta que estalle, eso sí, en la mano del siguiente.

El conflicto entre Mediapro y Sogecable es una alegoría del conflicto entre las corrientes del nuevo y viejo PSOE, pero como ya estamos tratando de muchos millones la interpretación política es secundaria: ya sólo es pasta y poder. Medios de comunicación al servicio, no de gobiernos, sino de los especuladores del mercado, en este caso futbolístico, construyendo diosecillos como alimento de paganinis enfervorizados que, mire usted por donde, no están dispuestos, tanta pasión como tienen, a pagar tanto como se esperaba. Así que Mediapro, que entró como un elefante en cacharrería, igual que lo hiciera Sogecable en su momento, distorsionando el mercado, comprando todo al precio que hiciera falta porque detrás tenía unas cuantas promesas gubernamentales y de analistas de audiencias, ahora acude al concurso de acreedores por "prudencia". Yo me iré tentando los machos, no siendo que vuelvan a bajar los sueldos porque esto, también, lo arreglamos entre todos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Antonia San Juan no es un hombre

Aguacero de albóndigas estereoscópicas

Cambio horario: a quien madruga... le salen ojeras