Seguiremos informando

Lo leeré por pura añoranza profesional, con esa mezcla de pudor, sana envidia y conciencia de intencionada mitificación. Seguiremos informando, el título lo dice todo. Pero sólo es un deseo. No sé cuánto tiempo le queda a la figura siempre romántica y minoritaria del corresponsal y el enviado especial. Por Internet, sí, pero también por las empresas, por eso que llamamos fragmentación de audiencias... Y porque el romanticismo está desapareciendo. En realidad, porque el periodismo está en peligro, lleva años en el filo de la navaja, quizá siempre lo ha estado, pero ahora que los medios de masas estallan en mil pedazos y que "cualquiera" puede informar en directo, incluso con imágenes, sin unidades móviles ni radioenlaces. Ya sé que siempre serán necesarios, sí, ya, pero no imprescindibles.

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