Ir al contenido principal

El piquete me hizo ver la luz

Me encontré un piquete y entonces me enteré de que había huelga general. Me cortaron el paso amablemente y me explicaron con precisión en qué consistía la reforma laboral. Sabían cómo motivarme, es lo que tiene la pedagogía. Yo se lo agradecí. Iba a seguir con mi vida ajeno a todo, ignorante de mí, pero la aromática quema de unos neumáticos me iluminó. Vi la luz. Así que se me calentó la neurona y...

¿Qué tal si el que atenta contra los demás es detenido, multado él y la organización (responsable la empresa anunciadora)? Y esto va por piquetes que impiden el derecho a trabajar o por patrones que impiden el derecho de huelga. Ah, me dije, no hay policías suficientes, y la Justicia es lenta. Pues que valgan para algo los millones de cámaras gran hermano que nos vigilan, y jueces no, los de Hacienda, que esos sí que van a toda leche gracias a que los gobiernos saben cómo repartir medios entre ministerios.

Y ¿por qué servicios mínimos? Es que no siempre soy razonable cuando me rodean unos encapuchados.

Que en un hospital haya servicios mínimos presupone que a diario le dedicamos a la salud pública más de lo que necesita. Mientras haya listas de espera, los hospitales están siempre por debajo de los servicios mínimos. La enfermedad, los accidentes, las operaciones, los tratamientos no tienen derecho a huelga. ¿Los militares no pueden y el personal sanitario sí? No me haga reír, mejor dicho, no me aterrorice.

Eso sí, tiene que haber ¡¡servicios mínimos en la televisión!!, no vaya a ser que la sociedad quede sin guía, note un vacío espiritual inquietante y provoque un estallido de la natalidad. Mire usted, amigo gobernante, el que quiera ejercer su derecho de no currar en la tele, en la radio e incluso en la industria del entretenimiento porno (quizá aquí exagero) pues que no curre. Y si el apagón de los medios transmite una engañosa imagen de éxito pues, chico, qué le vamos a hacer.

Los periódicos, otra historia. Hacen huelga el día anterior, no siendo que no haya quien cubra las noticias de los incidentes, las manifestaciones, las declaraciones, las ruedas de prensa. Listos estos convocantes.

Entiendo que haya servicios mínimos o incluso servicios sin derecho a huelga esenciales por su relación con la seguridad, con el mantenimiento técnico, luz, agua, gas, incluso teléfono y redes, pero ¿qué hace un profesor de servicio mínimo en un centro?, ¿rezar para que un piquete informativo asuste a los padres?

Podría seguir y seguir. Luego se quejan cuando muchos ciudadanos meten (metemos) en el mismo saco a los políticos, los sindicalistas, las patronales y a todos los que los manejan por detrás. Pero es que estos paripés son antiguos, muy antiguos.

Yo estaba esperando a que el paso quedara libre y vi la luz. Y volví a decirme:

Los energúmenos incineradores de gomas son culpables (sean sindicalistas, hinchas, abertzales...), la chusma necesaria de sus marionetistas, pero más culpa tenemos los ciudadanos por no saber protestar, o peor aún, no querer hacerlo pensando que no vale para nada.

Curioso, porque simplemente hace falta recordar que no sólo votamos en las urnas, también en nuestras compras, con los mandos a distancia, con nuestros ahorros, con nuestro comportamiento diario...

A que voy a acabar hablando otra vez de educación.

Es que vi la luz. Pero era un intermitente.

Comentarios

  1. Como dijo un hombre entrevistado en plena "batalla campal", un ciudadano de a pie que intentaba seguir con su vida un día como ayer: "Hay que vivir en libertad y respetar que yo hoy no quiera hacer huelga".
    Es tan fácil como que TODOS tenemos derecho a hacer huelga o a no hacerla, es tan sencillo como que ayer había que respetar la decisión de cada ciudadano y no utilizar técnicas mafiosas del tipo: me acerco al compañero de trabajo que intenta entrar en la empresa diciéndole "qué? no sabes que hoy hay huelga? así que vas a trabajar hoy, no?", con ese tono amenazante tan característico que todos hemos oído alguna vez...
    O esa "sútil" invitación a cerrar el pequeño negocio que un chaval está intentando sacar adelante porque sino puede que le pase algo al escaparate o al propio dueño...
    Porque siempre hay alguien que aprovecha la ocasión para abusar de los demás, porque ayer era un buen día para quemar contenedores, destrozar tiendas y romper cristales de vehículos aparcados por la calle. O, como no, para meterle un par de ... al operador de cámara de turno y de paso tirarlo al suelo con cámara incluída...

    ResponderEliminar
  2. Este medio me permite hacerte un comentario, y me resulta difícil resistirme cuando me gusta mucho o no me gusta nada lo que dices.
    Es un impulso "comunicativo".

    Ojalá, todo el mundo tuviera las ideas tan claras y las gritara como tú haces...una manera magnífica de votar todos los días.
    Tienes razón, una sociedad se cambia día a día, no sólo votando cada cuatro años,y además... cuántas veces uno está tentado a no asistir a votar y simplemente "botar".
    Y hablando de educación,de la que tú hoy no hablas digo:
    Suerte tiene esta sociedad con profesores con tú, que se atreven a decir lo que piensan aunque no sea "políticamente correcto".

    Un saludo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Antonia San Juan no es un hombre

Hay miles de cuestiones sobre las que no tengo opinión, sólo estómago. La identidad sexual es una de ellas. No sé qué pensar ante alguien que duda sobre quién es. Y me quedo desconcertado ante la realidad de que algunos hombres quieren ser mujer o viceversa. O ante el hecho de que a un hombre le atraigan los hombres, a una mujer las mujeres. No tener opinión no significa mucho. La mayoría de las cosas se aceptan, se observan, gustan o no, simplemente están. Si dudo sobre la identidad sexual de una persona, me siento inseguro, como con cualquier duda, pero lo acepto como algo que no es de mi incumbencia salvo, naturalmente, que tenga algún interés sexual en ella o sea un juez deportivo ante uno de esos extraños casos como el de la corredora surafricana Caster Semenya . Pero no me quiero referir a la atleta sino a una actriz, Antonia San Juan , con la que comparto una homonimia razonable. Aunque escribamos nuestro apellido de forma diferente, ella separado y yo junto, y ella sea Antonia

Aguacero de albóndigas estereoscópicas

Pues por ahora sigue sin convencerme en cine estereoscópico, sí, el de las gafitas por mucho que haya mejorado la técnica. Pesan, quitan demasiada luminosidad, y narrativamente la tercera dimensión sigue sin aportar absolutamente nada. Pasada la primera sorpresa del novato, todo parece reducirse a que te lancen cosas a la cara. Claro que afecta la película que veas, y yo vengo afectado por ver " Lluvia de albóndigas " ( Cloudy with a Chance of Meatballs ). Una buena historia original se convierte en una mezcla de Jimmy Neutron y el Laboratorio de Dexter . El guión pretende hacer una parodia del cine de catástrofes, pero directamente se excede hasta la ridiculez, en una prolongación del final sin sentido; carece de subtramas y no dedica ni un mal guiño a los padres. Los personajes, planos, sin el menor atisbo de conciencia social respecto al hambre en el mundo; machistas (de la peor escuela, la que elimina los escasos papeles femeninos a una madre que desaparece como por art

Cambio horario: a quien madruga... le salen ojeras

Esta noche cambia el horario oficial. Decían que iba a ser el último, pero parece que la cosa se pospone. Llaman la atención las discusiones que provoca el asunto. Más si cabe en las zonas más orientales y occidentales del país, las más afectadas por el reloj respecto al sol. No importa la especialidad profesional del opinante, ya sea sociólogo o astrofísico, economista o sanitario, porque desde una perspectiva profesional todo el mundo admite la importancia del sol (los gallegos comen más tarde que los de Baleares si nos fiamos del reloj pero exactamente en el mismo momento solar). Lo que sí importa es que la persona que emite su opinión sea madrugador (alondra) o noctámbulo (búho), o feliz cumplidor de las normas sociales (sistémico) o empeñado en ensalzar la libertad individual (empático). Y sobre todo orgulloso de ser cualquiera de estas cosas. Los husos horarios, esos que insisten en que Barcelona y Londres deberían tener la misma hora de reloj, son una arbitrariedad política qu