Teatro de la realidad
No recuerdo ahora quien dijo eso de que un informativo de televisión es una representación teatral, solo que el argumento es la realidad, no la ficción. Cualquiera que haya trabajado en un medio de comunicación sabe que la labor periodística tiene mucho de empaquetado comercial de producto en el que sólo la profesionalidad y el mínimo decoro ético del periodista lo salva de convertirse en una farsa: un titular en prensa, un corte en radio o una cola en un telediario sólo representan la verdad en la medida en que se mezcla la intención sincera de aportar información con el oficio del adorno para que resulte atractiva. En el periodismo ciudadano, es decir, aficionado o espontáneo, esto se está perdiendo y, lo que es más peligroso, la transferencia de la credibilidad que todavía posee la profesión hacia esas nuevas formas de comunicación tiene el efecto perverso y doble de igualar por abajo y hacer indistinguible el teatro de ficción del de la realidad. En otras palabras, a pesar de nuest