Tiene usted razón (2)
Leí en una revista femenina el correo electrónico de una mujer que tenía como deseo ser una televisión. Argumentaba que de ese modo su familia le prestaría atención e incluso se reunirían a su alrededor, su marido le haría caso cuando llegaba cansado del trabajo, su hijo adolescente la buscaría cuando estuviese aburrido, si sufriese algún desperfecto o se averiase, la reparación sería lo más urgente del mundo. La mujer no deseaba sólo que la quisieran, de hecho no se quejaba de ello, sólo quería que le prestasen atención. Desde siempre se nos ha dicho que lo más importante de la vida es la salud, después el dinero y por último el amor. Con estas tres cosas esenciales deberíamos ser felices. Pero no funciona así. La salud, sin duda lo más esencial, es lo mínimo, necesario pero no suficiente. El dinero es el medio, necesario y puede que suficiente para lo que nosotros precisemos, aunque si tenemos lo justo tenemos miedo y si tenemos mucho más también. Y el amor, ay, el amor es maravillo