Calabazas, Samaínes y Halloween

Para que luego digan que el sistema educativo no funciona. Hace unos 20 años, en las escuelas infantiles se empezó a ahuecar calabazas y los niños de entonces ya han llegado a la Universidad. Halloween ha pasado de las guarderías a los locales de copas gracias a las actividades escolares. Que nadie se espante. Era un actividad más, como el magosto, o fabricar pan, los villancicos de navidad o la función de carnaval o fin de curso. Sólo que apoyada por Disney Channel y el resto de la industria audiovisual estadounidense.

Claro que los profesionales de la educación somos únicos buscando explicaciones y se recurrió a la del Samaín, la fiesta celta origen de Halloween. Que es más o menos lo mismo que vestir a los niños de vaqueros diciendo que no son norteamericanos, sino tejanos, por tanto españoles, montando caballos de origen árabe. O que la hamburguesa es de Hamburgo y el hot-dog de Frankfurt.

Podemos disimular si nos da vergüenza, negar que nuestros niños celebran Halloween aunque hagan lo que ven en las pelis yanquis, porque somos de izquierda, cultos, culturetas o nacionalistas y criticar al Santa de Cocacola, al Papa Noel o al San Nicolás y recuperar el Apalpador.

O podemos entregarnos a las nuevas modas sin pudor consumista como los pueblos que tienen un apagón en fin de año y se inventan la tradición de las uvas en agosto. En realidad lo las uvas fue también un invento. O el escándalo de la tomatina. Así que no nos pongamos tan estupendos

Pero lo que tenemos que admitir es que en este país de pocos niños, nos encanta verlos felices, verlos disfrazados de brujas y ogros, tan monos ellos, por eso repetimos los carnavales. Y además no van a dar la nota y ser diferentes en el cole, no vaya a ser que los marginen por aburridos. No vamos a discutir por unas calabazas como sí nos reñían nuestros padres. Ah, que esas calabazas eras otras, es verdad.

Así que no nos amarguemos demasiado. Disimulando o no, Halloween-Samaín está entre nosotros. Y a los muertos de verdad, a los nuestros, que les vaya limpiando el nicho Disney, el Apalpador.

Comentarios

  1. Mira, pues estamos de acuerdo en todo.
    No es ya que nos guste verlos disfrazados o que nos deje de gustar. Es que a ellos les motiva mucho más Hallowwen que casi cualquier otra celebración porque sus referentes culturales vienen en gran medida de los productos audiovisuales que consumen y esos son los que son. La cosa del Samaín, en efecto, es el intento poco exitoso de no reconocer de forma tan abochornante el despatarre cultural, por lo menos en las ciudades. Aunque, por ejemplo, este fin de semana me comentaban que en la Illa de Arousa se celebró toda la vida y que los niños van por las casas pidiendo "unha limosniña para os defuntos", cosa que yo en Lugo nunca vi hasta que nos conquistó el "truco o trato"

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  2. Anda que comparar a "limosniña" con el "truco o trato", jajajajaja. Pero sí que es verdad, incluso en zonas determinadas hacían ya hace muchos años las calabazas iluminadas, pero me temo que para ellos eso no cuenta... y en el fondo para nosotros tampoco, ¿no?

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