Conciliación, horarios, usos y husos

Vivo en Galicia. La punta noroeste de España, encima de Portugal. Este fin de semana nos cambian la hora. Empieza el horario de invierno. Cuando nuestro reloj diga que son las 3, nosotros diremos que son las dos. Pero el Sol, si fuera de día, dirá tozudamente que en Galicia es justo la medianoche: 00 horas.

Nos suele dar pereza hacer este ejercicio mental de husos horarios. Incluso nos da pereza el ejercicio geográfico. Galicia está al sur del oeste de Irlanda. En el mismo huso solar de las Islas Canarias. Pero la oficialidad recoloca las horas por cuestiones políticas, económicas y pretendidamente funcionales. De hecho, si dices en Madrid que Galicia debería tener la hora de Canarias o Portugal te miran como si fueras nacionalista. Y cuando les comentas que Madrid debería tener la hora de Londres, se quedan extrañados.

Todas estas obviedades, que seguro conoce, vienen a cuento, más que de los husos, de los usos y costumbres que nos quieren cambiar respecto a horarios con razones que van desde la conciliación familiar hasta la convergencia con Europa. Y no está mal converger. Lo que ocurre es que la noche de San Juan, en Galicia empieza a las 11.30 horas de reloj (09.30 por el sol). Si nos hacen cenar como los nórdicos, a las siete de la tarde, estaríamos biológicamente cenando a las cuatro. Y si nos hacen levantarnos a las siete y media de la mañana en realidad nos estaríamos levantando por el sol antes que los monjes benedictinos del siglo XVI. Al menos en verano. En invierno, justo para llegar a maitines duchado, desayunado y leída la prensa.

Ojo que yo quiero conciliar. Entre otras cosas con los horarios de los colegios, aunque eso sea en el fondo un breve período en la vida familiar. Pero si para ello me hacen levantar antes que los pájaros, tengo que comer en veinte minutos un bol de ensalada en el banco del parque o el bar de la oficina y llegar a casa a las cinco para cenar a las siete (insisto, cuatro de la tarde hora solar veraniega en Galicia), como que prefiero sacrificarme unos años.

Que en Galicia, hombre, tenemos el mismo horario oficial que en Macedonia, por todos los dioses, y allí amanece dos horas y media antes como poco. Caray. Córcholis.

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