Forofos
Me he tomado unas semanas de vacaciones porque sabía que, de lo contrario, iba a estar hablando de política. Y para qué cebarse con el árbol caído. Además, he desarrollado una especie de fobia a la bronca, a la discusión emocional, a los chillidos de fanáticos, extremistas, reaccionarios, histéricos, integristas... Bueno, soy padre de adolescentes, ya tengo suficientes salidas de tono en casa. El caso es que entretanto, he confirmado, por ejemplo, que mi cuenta de Twitter cojea de una pierna. Que buena parte de mis alumnos veinteañeros son incapaces de sustraerse a la pasión de la bandera (sea la que sea), como siempre, por otra parte. Que personas racionales, inteligentes, equilibradas y amigas echan espumarajos por la boca, incluso coincidentes con mis propias ideas aunque no por eso menos "salpicantes". Que los comentarios de los blogs o los periódicos que leo llegan a radicalismos tabernarios que meten miedo. Estamos abonando el camino a la violencia, porque el desbor