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Niños gitanos en la calzada y niñas que quieren ser mamá

La verdad es que tenía pendiente hacer un comentario sobre los juegos de Nintendo titulados cosas tales como: -Cooking Mama -Imagina ser Diseñadora de Moda -Imagina ser Mamá -Imagina ser Veterinaria -Imagina ser Cocinera Podían haberlos denominado en genérico, impersonal o de cualquier otro modo, pero apostaron por dirigirlo directamente a las niñas y, en todo caso, a los niños que no les importe usar un juego de niñas (como, por cierto, ocurre con frecuencia a la inversa). Hace unos meses tuve oportunidad de preguntarle a un directivo de Nintendo España si no habían tenido problemas por una apuesta tan aparentemente sexista y me respondió que en absoluto, más bien al contrario: el éxito les animó a insistir en la estrategia. Y recordé ayer esta cuestión porque en un periódico se publicaba la noticia de la aparición de una señal de tráfico con la leyenda: "Precaución, niños gitanos en la calzada". Nada de racismo. Fue, como indica el diario, un gitano el que fabricó el aviso

El profesional de la política y su negocio

A los políticos les indigna que se hable mal de la política. Y tienen razón. Lo ajustado es hablar mal de los políticos. Y lo justo, en realidad, es hablar de los profesionales del poder político. Porque la política, la cosa pública, significa arte, doctrina u opinión en relación al gobierno, sin embargo los que ejercen la política como empleo a veces inicialmente movidos por el interés sincero o el afán de servicio suelen acabar secuestrados por la estructura que los mantiene. Y ese es, en el mejor de los casos, su negocio. Como el periodista que olvida su función pública cuando descubre que hay que vender ejemplares o ganar audiencia. O el médico que antepone rentabilidad a vidas. Para algunos es la diferencia entre el profesional y el aficionado o el novato. Pero cada vez tenemos más políticos profesionales, aficionados y novatos. Todo en uno. La gran revolución que ha protagonizado la actual generación de políticos españoles se caracteriza por su profesionalización y su relativa bi

Autoridad, insultos, violencia y otros dobles raseros

Si usted pega a un profesor no es lo mismo que si pega a un policía. Y ahora se plantea en España el debate de elevar a autoridad pública al docente para que amenazarle con abrirle la cabeza sea algo semejante, digo yo, a tirarle un zapato a Bush . Maltratar a un mujer no es lo mismo que maltratar a un hombre , y la llamada campaña de sensibilización sobre la violencia "de género", "machista" o "doméstica" ha logrado que las noticias de asesinatos, suicidios del asesino (algunos simplemente tentativa, mire por dónde ) ocupen ya un lugar rutinario en la agenda informativa. Que un padre mate a toda su familia no es lo mismo que si la mata la madre. Las agresiones racistas, sexistas o xenófobas , sobre todo si están grabadas en vídeo de seguridad o con un teléfono móvil, son especialmente sangrantes, brutales, condenables. El acoso infantil , el abuso del matón y sus secuaces exige algún tipo de actuación urgente, sobre todo si la víctima acaba con s

El curioso caso de France Telecom y su comunicación

Llámenme monstruo, pero el caso de lo suicidios en France Telecom tiene todos los ingredientes para una película de intriga, terror o para un CSI, the movie. Me da en la nariz que en un país menos civilizado a nadie se le ocurre, por mucha presión laboral que haya, tirarse por la ventana o clavarse un cuchillo en el estómago. Aunque he de admitir que, por deformación profesional, antes que por el cine pasé por el periodismo. Así que me dije: habría sido fantástico que un avezado reportero hubiera enlazado datos y descubriese las extrañas circunstancias que se están produciendo en la firma gala, incluso que apareciesen indicios de algo un poco menos disparatado que la política de traslados como detonante de los truculentos hechos, quizá un manipulador de cerebros, un virus enloquecedor, qué sé yo. Sin embargo, en seguida pensé que seguramente no habría sido así, sino que alguien habrá hecho un comunicado o convocado una rueda de prensa. Y entonces me percaté de que este caso afecta tam

Estimado concejal de "movilidad"

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Estimado concejal de Tráfico, Movilidad Urbana o como diablos se le llame ahora: Paso a diario por varias calles y carreteras donde ud., digo yo, ha decidido instalar bolardos de metal en los lados para evitar que aparquen los coches. Menos mal que son cilíndricos, así que me matarán del golpe si me caigo en bici o en moto a 40 kilómetros por hora, pero por lo menos no me partirán en dos como una guillotina, que para eso ya están los guardarraíles . Así que gracias, hombre, es un detalle. Tengo que agradecerle además que no sea tan simpático como en otros sitios donde ponen bolardos en forma de diente de tiburón . De hierro, no de caucho o plástico flexible, que deben ser más caros. Incluso los hay con aspecto de cabeza de león , para que las aristas irregulares de sus formas se incrusten con mayor precisión en la cabeza de un ciclista o un motorista, o simplemente un niño en un monopatín, porque eso no hay casco que lo resista. Sufro también a diario un paso cebra, que además de la

Los jóvenes de hoy en día

No recuerdo qué clásico griego ya decía que los jóvenes de hoy en día (su día) estaban echados a perder. Les Luthiers, perdón por la mezcla de referencias, incluyen en uno de sus espectáculos más recientes un rap sobre el tema. Pasa lo de Pozuelo o cualquier otro suceso más o menos trágico, más o menos audiovisual y todos repetimos la cantinela. Cierto, los jóvenes son así, los hacemos así y si los de ahora fueran los peores de todas las épocas es porque nosotros, los adultos, somos los peores educadores de la historia. No sólo los padres, no sólo los profesores, los tíos, los abuelos, los legisladores, los medios... todos. Ayer me entristecí con una tontería. Un niño tenía un taco de cromos de la Liga de fútbol. Muchos, como siempre ha sido, repetidos. —Bueno —le dije—, así podrás cambiarlos en el colegio o con los amigos. —No, no hace falta —me contestó sonriente—. Son tan baratos que me compran más y ya está. De verdad, lo siento.

Del estado del arte al Zeitgeist

Al entrar en los ambientes académicos uno se encuentra, como en cualquier otro círculo profesional, con una jerga particular que hay que intentar dominar si se aspira a pasar por uno de ellos, de los académicos, digo. Durante un tiempo te resistes a emplearla pero tarde o temprano terminas por entregarte con armas y bagajes y acabas hablando de falsación, paradigmas, epistemología o hermenéutica con aparente soltura. Una de las expresiones que más le cuesta utilizar al aprendiz de científico, el estudiante de doctorado, es "el estado del arte". A algunos sencillamente les parece ridícula, otros se preguntan: "cómo del arte, qué arte, si yo soy ingeniero"; otros te dicen: "será estado de la cuestión, como el estado de la nación". Y por mucho que le expliques el origen aristotélico o la costumbre anglosajona no logras que se sientan cómodos. Eso sí, en cuanto deben escribir unos folios o un capítulo de tesis sobre el estado del arte recurren, cómo no, a Wiki