Carreteras, cárceles, médicos y ambulancias

De pronto aparecen en los medios de comunicación noticias e incluso imágenes de las cárceles españolas. Un mundo del que generalmente nadie quiere saber nada. Como mucho algún detalle cuando ingresa un preso famoso, político, de la familia real... Después, el silencio. Pero ahora los funcionarios de prisiones están reivindicando la equiparación salarial en toda España, como con los policías. Las desigualdades entre autonomías e incluso ayuntamientos son un clásico de la controversia sobre la descentralización administrativa. Dejo esta perspectiva al margen. Lo importante es que los funcionarios permitirán que se conozcan cosas de las prisiones que hasta el momento eran poco menos que secreto de estado: incidentes, privilegios, enfermedades, permisos, peleas, responsabilidades de unos y otros (o irresponsabilidades) a la hora de tomar decisiones...

Los medios lo aprovechan como es lógico. Publicarán todo lo que se filtre. Por ejemplo, ayer mismo:
 "Heridos tres funcionarios..al rescatar a un interno atrincherado..." Y está bien. Pero cuando los funcionarios alcancen un acuerdo salarial, las noticias desaparecerán. Volveremos a no saber nada de ese mundo. No solo volverá el hermetismo sino que regresará la falta de interés periodístico y ciudadano.

Casi con la misma brusquedad surge con fuerza la idea de que faltan médicos y enfermeros. Sin que apenas nadie haga mención al hecho de que decenas de profesionales hayan emigrado a países donde se les paga más y no se les ocurre hacerles contratos de una semana e incluso un día. Faltan pediatras y médicos de familia (aunque cada vez haya menos niños y más viejos nadie parece demandar geriatras). Teniendo en cuenta el incremento de Facultades de Medicina, aunque con plazas limitadas, no parece que el problema sea de "cantidad", sino de calidad en la gestión de los recursos humanos en la sanidad pública.

La prensa hablará de las manifestaciones, del número de pacientes que recibe en una jornada un facultativo y, como mucho, se suscitará algún debate territorial entre pueblos y ciudades, centros de salud y hospitales o listas de espera para tal o cual operación. Apenas se discutirá sobre los gestores, los sindicatos, los procedimientos para decidir tal o cual intervención o las relaciones con las farmacéuticas. Lo mismo ocurre con los concursos públicos de servicios básicos como ambulancias. En realidad, nadie vigila los concursos públicos desde una perspectiva funcional, es decir, si sirven para tener mejores servicios en sanidad, educación, seguridad, informática.... Cuando acaben los conflictos (espero que acaben) prensa y ciudadanía se olvidarán del tema. Solo el administrado de a pie se topará de bruces con la realidad cuando le afecte personalmente. Y alucinará. Después volverá a sus redes sociales y todo se quedará ahí.

Podría seguir. Por ejemplo con la práctica inexistencia de preocupación por el mantenimiento de las carreteras, aunque solo sea la pintura, por favor. Autovías, autopistas, carreteras nacionales y secundarias... cualquiera que las transita de noche o con lluvia se juega la vida. O con las escalofriantes cifras de suicidios en el país.  Nada de estos temas parecen quedarse en la agenda informativa más allá de un calentón.

La prensa de calidad está en crisis y es más necesaria que nunca. Porque los gestores de lo público sin más control que los intereses partidistas acaban siendo incompetentes en el menos malo de los casos. O unos delincuentes en el peor. Y muere gente, no lo duden. Los ciudadanos creen informarse por las redes sociales pero los hashtags nunca logran mantenerse demasiado. O el periodismo profesional revive para poner el foco en cuestiones esenciales o los gritos de las tertulias, las inquisiciones digitales, los activismo más o menos inocentes y las banderas de todo signo nos van a envolver hasta la tumba.

Hablando de esto, por cierto, el comentario de hoy en la Ser.

Carreteras, cárceles, médicos y ambulancias, que alguien gestione lo público (18 de febrero de 2019)
https://play.cadenaser.com/audio/1550484940_941361/

Comentarios

Entradas populares de este blog

Antonia San Juan no es un hombre

Aguacero de albóndigas estereoscópicas

Cambio horario: a quien madruga... le salen ojeras