Mi prima de riesgo y el diferencial alemán

Yo también tengo una prima de riesgo que vive en España y otra que vive en Alemania. Sus vidas tienen un diferencial de unos cuantos puntos básicos: sus sueldos, el precio de sus viviendas, su capacidad tecnológica y de comercialización internacional, sus impuestos y lo que reciben a cambio. Puede sonarles a cuento, parábola o fábula, pero no, es pura realidad, no una entelequia financiera.

Mi prima española tiene que trabajar muchas horas más que la alemana para ganar la mitad o, para ser más exactos, una tercera parte. Si habla en términos de competitividad, calidad o cualquier otro gran concepto terminado en -ad le creen menos que a la alemana. Será porque en su vocabulario son más frecuentes palabras tipo mortadela, hipoteca o paro en vez poner en valor, CRM o hedge funds. Ha tardado casi diez años más en tener hijos y quince en salir de casa de sus padres. El riesgo de mi prima española es que el año que viene le bajen más el sueldo, aunque no es funcionaria, o directamente que no le renueven el contrato, el enésimo contrato temporal de su 40 años de vida. En realidad es mi prima de riesgo porque no llega a mileurista, su sueldo casi ha estado congelado en la última década, el precio del metro cuadrado de la casa de sus sueños, de 80 metros de sueños, ha subido en ese tiempo un 400%. Su empleo tiene muy poco que ver con el I+D+i (sus jefes se reirían en su cara) y aunque se maneja en inglés no se le ha presentado ni una sola posibilidad en sus puestos de desarrollar una mínima experiencia internacional, ni uno solo de sus compañeros de trabajo ha nacido en otro país, ni maldita falta que le hace a su empresa, al parecer.

Mi prima alemana tiene otros riesgos. Trabaja en una multinacional tecnológica que no para de innovar. Cobra muy por encima del salario medio de su país, pero es que el sueldo medio ya es el doble que en España (40.000 y 20.000€, en números redondos). Con un nivel semejante de formación a la española, la prima alemana tiene menos riesgo de cobrar por debajo de esa media y de perder el trabajo. También tiene menos riesgo de cobrar menos por ser mujer. El esfuerzo que necesita para comprar una casa, un coche, un menú del día es también mucho más reducido. Eso sí, la cerveza o el vino son proporcionalmente más caros...

Podría seguir, pero para qué. Está claro que los mercados financieros tienen mucho que ver con la realidad.

La prima de riesgo es la española. Para la alemana, el primo de riesgo soy yo.

Comentarios

  1. ja, ja, ja, el final parece de chiste... pero cómo se acerca a la realidad!!! ;)
    (por cierto, me gusta más ahora que lo he leído con calma)

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  2. Mi prima suiza, como la tuya alemana, también tiene otros riesgos. Pero no le quitan el sueño ni le roban el futuro.
    Apertas.

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  3. Por cierto, que quede claro que aunque las dos primas existen, era un hablar figurado, no se me vaya a enfadar ninguna de las dos que cualquier parecido con su realidad es pura coincidencia "nacional". A ver si voy a tener un problema en casa :-D

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