Lenguaje pervertido
El Derecho, el Periodismo y la Política se mueven, como tantos otros campos, en el proceloso mar del lenguaje. El jurídico, aspira a ser tan técnico y preciso en lo social como un bisturí en la cirugía. El periodístico, con la intención de ser entendido por su público. Y el político, con la única pretensión de obtener el voto. De ahí que a un jurista sostenga que ser “objeto de investigación” no es lo mismo que ser investigado. Que a un periodista no diferencie entre “cátedra extraordinaria” y una cátedra. Y que a un gobernante u opositor le importe un pimiento la precisión con tal de que responda a sus intereses. La mujer del presidente, en el clásico papel de “la mujer de César”, abandonó su empleo en una empresa de marketing para parecer honrada. Cuando digo parecer no quiero decir que no lo fuese, sino que también quería parecerlo. Pero suena mal. Después entró a codirigir el “Máster Propio en Transformación Social” de la Complutense. No es un máster oficial sino un “título p...