Entradas

El veneno que nos meten

No paran de cabrearnos. Lo digo por aquello de que nos roban los catalanes, nos roba el gobierno, hasta nos roban en Nostián… Sí, ha sido una semana de quitas, condonaciones y pedagogías extrañas sobre impuestos, lo común y lo particular. Cuando en realidad sucede lo de siempre: negocia quien puede negociar. Si nosotros pudiéramos condicionar la continuidad del gobierno, también sacaríamos tajada. Por supuesto que condonar el 22% de la deuda adquirida mediante el Fondo de Liquidez Autonómica es una cesión de Sánchez a “los catalanes” para seguir en el poder. Condonar aquí significa repartir entre todos. Así que Rueda tiene que elegir entre que cada gallego pague unos 200 euros más de lo que debía y protestar mucho, o pagar como mínimo el doble y hacerse el digno. Porque la deuda catalana, y alguna otra, seguro, se pagará a escote. Así que digo yo que no seremos tan idiotas de, además, pagar la nuestra nosotros solos. De esto saben mucho en la administración. Uno se endeuda, otro ahorra...

Carreras menguantes y formación profesional

  Qué recuerdos. Hace años, una licenciatura universitaria tenía cinco cursos, unas 4.500 horas de clase. Después, con la Ley de Reforma Universitaria, aparecieron las licenciaturas de cuatro años y se esfumaron más de mil horas lectivas. Con la siguiente Ley Orgánica de Universidades volaron las licenciaturas y se crearon los grados. Solo 15 horas semanales de clase para el estudiante, casi la mitad que en bachillerato. Las carreras quedaban en 2.400 horas. Y ahora, no tanto por la ley, que también, sino porque las universidades no tienen un euro, se acortan a poco más de 2.000. Las mismas que los ciclos de grado superior de Formación Profesional, solo que estos duran dos cursos. Sé que no cuento nada nuevo, y mucho menos para profesores y estudiantes. Las carreras llevan encogiendo años. Pero esta semana se ha planteado a nivel nacional la típica disputa de atribuciones profesionales entre titulados de FP y de Universidad, en este caso de Educación Física y Ciencias del Deporte, ...

Vivienda lenta

Aunque un día como hoy se empiece con la tramitación de una urbanización, hasta que pasen al menos cuatro años no se convertirá en realidad. Lo comentaba el alcalde de Oleiros esta semana en la SER criticando tantas promesas de vivienda que no se cumplirán. Yo le escuchaba en el coche, yendo por Lavedra, viendo los solares vacíos de Someso o del antiguo concesionario de la Mercedes que, ahora que el brutalismo se reivindica cinematográficamente, era un icono de la arquitectura local quizá no del todo valorado. Cuatro años, dice Ángel García Seoane… Será cuando las cosas van rápidas. Ya he perdido la cuenta del tiempo, ¿20 años? Claro que hubo una crisis, la misma que paralizó Someso y acabó con CaixaGalicia y sus torres. Pero por qué diablos se tarda tanto en construir en este país si se necesitan 600.000 viviendas, si es la principal preocupación de la gente, por encima del paro, los sueldos, las pensiones, la sanidad o la justicia, que ya es decir. Vale, lo sabemos todos: la burbuja,...

Enfermeras y puñales

Cuando en un mercado laboral hay más demanda de profesionales que oferta, la teoría dice que sus salarios y condiciones de trabajo mejoran. Por eso algunos encofradores, por ejemplo, llegaron a cobrar el doble que un catedrático en la era del bum de la construcción. Sin embargo, en España se necesitan 100.000 enfermeras, pero sus condiciones laborales son tan pésimas que una de cada cuatro se plantea dejarlo. Cobran mal, un tercio soportan una temporalidad insultante y, además, pueden ser apuñaladas. Habrá quien considere el caso del enfermero acuchillado esta semana en el Hospital de A Coruña como un lamentable incidente, más aún sabiendo que el agresor era un enfermo psiquiátrico. Lo cierto es que fallaron los protocolos, que no solo deben ser adecuados sino que además hay que aplicarlos. Pero aún así podríamos aquietar nuestras conciencias pensando que no todos los días se producen situaciones tan graves. Y es verdad, ni tan graves ni todos los días. Pero todas las semanas, sí, toda...

Universidades pobres y DeepSeek

  A veces los datos nos vuelven tan locos que no sabemos qué es verdad o mentira, no importa si van de economía, paro, tecnología o educación. Aún así déjenme comparar unas cifras aparentemente inconexas. La Universidade da Coruña tiene un déficit de 13 millones. Pedro Sánchez presentó el proyecto ALIA, “la primera infraestructura pública europea, abierta y multilingüe” de inteligencia artificial, con un presupuesto de 10,5 millones. Y los chinos de DeepSeek han creado en meses y con 5 millones una inteligencia artificial que hundió en bolsa a un sector que mueve cheques tan milmillonarios como la prometida Stargate de Trump y sus, asómbrense, 500.000 millones de dólares. Al margen de que Trump sea o no un bocazas, quienes afirmaron que el proyecto español de ALIA era puro humo, porque con ese dinero no se puede hacer nada, se han comido sus palabras con la aparición de DeepSeek. Claro que, como los norteamericanos, los chinos pueden ser unos fantasmas. Solo que en vez de presumir ...

Un “máster plan” para el acuerdo

Todo depende de cuál sea su problema. Si es la vivienda, los terrenos del puerto le parecerán una oportunidad histórica. Si se dedica a la pesca o cualquier otra actividad portuaria, le preocupará que casi nadie parezca prestarle atención. Si soporta atascos y falta de aparcamiento, dirá aquello de que aprovechen esos miles de metros cuadrados para acabar con el eterno embudo del centro. Si tiene casa y tranquilidad económica ajena a barcos (que no a yates), puede que le parezca que la fachada marítima requiere parques, playas, algún Guggenheim, cosas bonitas, el balcón de la ciudad. Aunque también es posible que si es de izquierdas o de derechas tenga visiones diferentes sobre los fines a los que se debe dedicar el suelo público, independientemente de los problemas que tenga la gente. Admitamos que también existe el componente de la ilusión compartida, aunque vaya en contra del pragmatismo económico, incluso de la conveniencia personal. La ilusión es tan importante que muchos desean, ...

Muface y los buitres

Como dice el refrán, cada uno habla de la feria según le va en ella. Así que permítanme hablar de mi experiencia personal en relación a Muface, aun sabiendo que esto, más que una columna de opinión, puede tener ribetes de carta al director. Pero creo que, viendo los datos y los comentarios que se han vertido estas semanas en relación a esta mutua de funcionarios, mi caso no debe ser especialmente raro. Después de 20 años en la empresa privada y, por tanto, cotizando a la Seguridad Social, gané una plaza de profesor en la universidad. Hasta entonces mi conocimiento sobre Muface era estrictamente periodístico y lo que me podía haber comentado algún familiar. Cuando se me explicó mi baja como cotizante en la Seguridad Social y el beneficio de poder elegir entre asistencia sanitaria privada o pública, me pareció una buena idea ahorrarme el seguro médico con el que desde hacía años complementaba la cobertura pública. Pagaba un seguro básicamente por el fisioterapeuta, el dentista y el oculi...