Un poco de proporción, por favor
Unos días de paréntesis porque bloguear es casi incompatible con "pontificar" en persona, quiero decir que me aburro de mí mismo. Tanto discutir sobre controladores, Wikileaks, dopaje, cierre de medios de comunicación, etc, a uno le quedan pocas ganas de llegar a casa y darle a la matraca una vez más. Sobre todo cuando las estadísticas dicen que el morbo de saber si Antonia San Juan es hombre o mujer proporciona ya el 30 por ciento de las visitas. Qué ánimos. Pero bueno, si escribo es por matar el gusanillo periodístico y aunque llevo un trimestre matándolo haciendo informativos con estudiantes (toda una experiencia) me pongo de nuevo a ello con una idea que me viene rondando en la cabeza desde hace días: La desproporción. Todo empezó con una anécdota doméstica. Si usted es padre o ha sido padre de adolescentes sabrá perfectamente de lo que hablo. Un adolescente es la representación viva de la desproporción. Reacciona desproporcionadamente, sufre, ríe, duerme, come, cre...