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1 bolsa, 3 vidas y la política

Imagínense a los gazatíes aliviados entre las bombas porque tres países más reconocen el Estado palestino o porque universitarios de países occidentales acampan en su apoyo. Imaginen a los pescadores gallegos comprendiendo que las relaciones hispano-argentinas entren en crisis por unas declaraciones estúpidas que no serían noticia si no nos gustase tanto el chafardeo. Supongan incluso el orgullo de los argentinos viendo cantar a su presidente como un “león rugiendo en la avenida”. Imaginen el mundo de la prostitución satisfecho o indignado, como ustedes prefieran, porque la ley contra el proxenetismo no haya salido adelante. O el sincero desazón de quien no puede pagar su vivienda porque el PSOE retira su ley del suelo. Con demasiada frecuencia, los grandes temas de la semana son tan ajenos a las vidas de las personas que no dejo de sorprenderme al contemplar las apasionadas discusiones de tertulianos, comentaristas y lectores de prensa digital. Conozco el mecanismo profesionalmente, e

Letras, autores y lenguas

De vez en cuando me gusta leer algún libro de historia. Siempre he pensado que los historiadores son como los periodistas pero con cierto retraso (sin ánimo de ofender), vamos, que tienen más tiempo. Así que los considero una especie de colegas con similar afán por la verdad, la neutralidad y la soñada objetividad. El escribano más libre de sesgos que uno pueda imaginar. Es decir, que lo intenta honestamente, consciente no solo de que no lo va a conseguir sino también de que algunos sesgos ni siquiera sabe que los tiene. Por eso leo historia con la misma sana cautela que los periódicos. No digamos ya las redes sociales, por favor. Y hoy, Día das Letras Galegas, pienso en los que proponen candidatos para su honra, los que escriben biografías para su justificación y los que, sin haberlas leído jamás, ojean a última hora sus obras, sin tiempo ni afán para la crítica no siendo que les acusen de ir contra la lengua, contra la patria y quién sabe cuántas cosas sagradas más. Se dedica el año

Ascender y mantener

El deporte profesional nunca me ha interesado demasiado. No formo parte del enorme negocio que lo rodea, no tengo vocación de espectador salvo que el espectáculo sea extraordinario, nunca me he sentido hincha de ningún equipo y mis capacidades atléticas solo dieron para divertirme, no para vivir de ellas. Qué se la va a hacer. Pero este fin de semana decenas de miles de coruñeses tienen el corazón en un puño. El puño del Deportivo, especialmente. Y también el puño del baloncesto. Digo bien. No es el puño del fútbol y el puño del Básquet Coruña. Porque el Deportivo ha demostrado ser mucho más que fútbol y el Básquet Coruña es, sobre todo, baloncesto, el sueño eterno de alcanzar la elite de tantos aficionados y jugadores durante décadas en todo tipo de categorías, equipos y pachangas callejeras alrededor de una canasta que siempre ha existido en esta ciudad. Pero, como decía, más que las competiciones profesionales, me interesa el deporte aficionado, que la gente juegue, corra, nade… Y e

Cómo acabar con el fango

No me sumo a los voluntarios que han surgido motivados por Pedro Sánchez para encontrar solución al problema del bulo, las “fake news” o el “lawfare”. Siempre han circulado las falsedades, las calumnias y las injurias. Primero boca a boca o boca oreja. Después, por escrito, con la imprenta, con la radio o con el audiovisual. Y, ahora, con los móviles, los ordenadores, los bots y la inteligencia artificial. El poder siempre ha tratado de controlar la información, con el  púlpito, el “nihil obstat”, el fondo de reptiles de Bismarck, la interferencia o el hackeo. Y siempre la tecnología ha encontrado un nuevo modo de distribuirla. Tanto la información veraz como la mentira. ¿Cómo arreglarlo? Por fortuna, es casi imposible. Primero, porque se necesitaría un pacto internacional. Pero ocurre como con los paraísos fiscales: a ver quién le pone el cascabel al gato; además, todos los Estados, si pueden, espían o crean climas de opinión según sus intereses. Segundo, porque el poder de las grande

Gobernar sin presupuestos

Decidir adónde va el dinero es probablemente lo más importante de la gestión pública. Por ello resulta frustrante ganar unas elecciones y no contar con un presupuesto propio. No me refiero a Feijóo, que ganó y no gobernó. Ni a Sánchez que, con su hype (tradúzcase por bombo publicitario) hasta el próximo lunes, nos hace olvidar que gobierna sin presupuestos. Sino a algo mucho más local: la Universidad de A Coruña. En concreto hablo del cuarto rector perteneciente a la misma corriente que lleva gobernando la universidad coruñesa desde hace 20 años. Ha decidido no presentar por ahora un presupuesto propio tras comprobar que hereda un imprevisto agujero de más de 3 millones. En realidad se trata de una cantidad ridícula para un presupuesto de más de 180. Claro que las magias financieras pueden ocultar otras sorpresas. De todos modos, no es el único motivo por el que ha decidido renunciar a su propias cuentas. También lo explica con el hecho de que se está instalando un nuevo sistema de in

Plan estratégico 2030-2050 gratis

Los planes estratégicos de las ciudades tienen tres problemas: quién los hace, cómo se elaboran  y que casi nunca llegan a aplicarse. Por eso he decidido ahorrar dinero a las arcas públicas y recurrir a ChatGPT para que redacte el plan estratégico de A Coruña 2030-2050. También se podría recurrir a un corta y pega, que en el fondo es algo bastante parecido a cómo trabaja ChatGPT solo que a lo bestia, pero ahora queda todo mucho más fino si decimos que incorpora Inteligencia Artificial. Así que vamos a ello. Me salto el diagnóstico de la situación de “macroentorno” porque se describe a diario en este periódico. Pido a la IA que haga un DAFO y aquí se lo resumo, que no me sobra el espacio. Debilidades: dependencia de Inditex, paro juvenil, transporte urbano y metropolitano, envejecimiento y urbanismo desequilibrado. Amenazas: inestabilidad internacional, cambio climático, competencia de otros destinos turísticos, políticas nacionales y autonómicas negativas, la gestión de residuos y la l

Lo peor para la salud mental

  Estar obsesionado por tu salud mental es malo para tu salud mental. Lo escuché en un programa de humor y me reí. Pero después comprobé que no exageraba. Según un informe de Fundamed, casi el 10% de españoles tienen un diagnóstico de depresión. Seis millones se automedican ansiolíticos, ¡la mayoría aconsejados por influencers!. Cada día se toman casi cinco millones de psicofármacos en España. Desde el año 2000 el consumo de antidepresivos ha aumentado un 249%. La mitad de los españoles dicen que se encuentran mal emocionalmente. Ocurre en todo el mundo desarrollado. Italianos y británicos están incluso más desanimados. Y quienes peor lo llevan son las mujeres de 45 a 54 años. Somos tan infelices que en TikTok circulan tests de autodiagnóstico para saber si tienes problemas mentales. Y en la Politécnica de Madrid ya detectan la depresión con inteligencia artificial. Lo que le faltaba a los adolescentes, a entrenadores del machine learning y a programadores informáticos. Sí, hubo una pa