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Mostrando las entradas etiquetadas como Universidad

Ramas, áreas, ámbitos y campos universitarios

  Disculpen que insista en la obsesión normativa de la Universidad española. Hace una semana hablaba de la diarrea de leyes universitarias de todos los gobiernos, menos el de Rajoy, pero no tenía espacio para comentar un proyecto de real decreto que vuelve a jugar con las palabras. Así, lo que antes era rama, área y últimamente ámbito de conocimiento, se propone convertir en campo. Parecen trileros del lenguaje. A ver si soy capaz de explicarlo. Hasta hace dos días, los títulos universitarios pertenecían a una de las cinco ramas de conocimiento: Ingeniería y Arquitectura, Artes y Humanidades, Ciencias Sociales y Jurídicas, Ciencias de la Salud y Ciencias. Y los profesores se encuadraban en 190 áreas de conocimiento agrupadas en Departamentos como cada Universidad convenía. Con un real decreto de 2021, las cinco ramas pasaron a ser 32 ámbitos. Los que al ministro Castells se le ocurrieron (imagino que con ayuda e influencias varias, siempre interesadas). En 2023 llegó la LOSU de Subirat

Universidad: de 190 áreas a 32 ámbitos (equivocados)

En la Universidad española existe un catálogo de 190 áreas de conocimiento, trasnochado pero aún vigente, a donde adscriben a un profesor cuando gana una plaza. Si cuando había un catálogo de titulaciones limitado era muy poco práctico, ahora que hay casi  600 denominaciones de títulos universitarios diferentes  es sencillamente una ridiculez. Lo malo es que las materias de los casi 3.000 grados universitarios que se reparten esos casi 600 nombres se asignan a áreas de conocimiento. No a los profesores que saben de la materia. A las áreas. Si hay suerte, te toca como profesor de periodismo un periodista, de publicidad un publicista, pero también te puede dar marketing un economista, un sociólogo o un informático. En mi Facultad hay profesores en el área de conocimiento de Cartografía, Geodesia y Fotogrametría que son arquitectos, informáticos y graduados en Bellas Artes. Imparten materias como animación, videojuegos o efectos especiales. Profesores del área de Computación que enseñan a

El laberinto legal universitario

  En España se han promulgado medio millón de leyes desde la instauración de la democracia. Un afán legislador causado con frecuencia por el adanismo y el ardor guerrero de cada nuevo gobernante. Afecta a casi todos los ámbitos. Los más comentados son el penal y el educativo. Aunque dentro de este último casi siempre se habla más de la educación obligatoria que de la superior.  Así que permítanme compartir mi perspectiva desde los sectores que mejor conozco. Llevo más de 20 años como profesor universitario, después de ejercer el periodismo las dos décadas anteriores. En el campo periodístico, desde la Constitución solo se ha regulado la cláusula de conciencia en 1997. Incluso partes de la ley de prensa de Fraga de 1966 siguen en vigor. Algo excepcional. Por el contrario, en la Universidad ya he vivido cinco leyes: la franquista (que llegó a los noventa), la de González, la de Aznar, la de Zapatero, y ahora la de Sánchez. De los reglamentos y las normas autonómicas y locales ni les cuen

Radón en el campus, dos años después

Ha pasado un tiempo y la Universidade da Coruña ha tomado medidas sobre la presencia de gas radón en el Campus de Elviña. Medidas políticas, sanitarias y científicas. Ha tranquilizado a muchos. A mí, también. Han sido dos años sin confiar demasiado en que se lo tomasen en serio desde el rectorado. Pero se han ventilado instalaciones, efectuado catas en el subsuelo, chequeos, reformas de obras... y por fin se ha comunicado. Cierto que no es el mejor ejemplo de comunicación de crisis. Aunque tampoco una muestra de que si se gestiona mal el coste sea demasiado alto. A pesar de 12 cánceres de distintos tipos. A pesar de estar afectado un centro educativo, siempre más sensible que otro tipo de escenarios. A pesar de que ha habido muertes. Al final, los seres humanos aceptamos lo razonable. Cierto que cada vez que entro en el despacho abro la ventana. Pero asumo el riesgo como algo parecido al derivado de la contaminación, desplazarse por carretera, a estar vivo. Llámenle autoengaño. Lláme

Fertiberia y el campus de Elviña

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La preocupación sobre los casos de cáncer en el campus de Elviña se ha relacionado con la antigua ubicación de una planta de Fertiberia en la zona. No era muy difícil ubicarla. Está muy bien explicada en las páginas 119 y 120 de la memoria del plan parcial del campus de 1990. Entiendo que la investigación todavía sigue abierta. Según el rectorado de la Universidade da Coruña, en esos terrenos no se almacenaban fertilizantes sino amonios. Lo cual, a su juicio, reduce el riesgo. Lo que sin ninguna duda reduce el miedo es la información. Sin prejuicios. Sobre esa finca están los edificios de la Facultad de Informática y la Escuela de Caminos. La investigación también les importa a ellos. Cuanto antes se concluya sin ninguna intención de tranquilizar sino de informar responsablemente, mejor. Radón, amonios o fertilizantes, no importa demasiado. Lo que importa es saber si hay algo que provoque cáncer más allá de lo razonable. Importa cumplir la ley, pero sobre todo importa proteger a l

La crisis del radón en la UDC

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El rector de la UDC, en el centro, con su equipo, reunido con trabajadores y estudiantes de las Facultades de Comunicación y de Sociología. Fotografía publicada en Economía Digital Este es el resumen. Se producen varios casos de cáncer en una Facultad, algunos mortales. En el edificio comienza a circular el rumor, quizá injustificado, de que pueden estar vinculados con el subsuelo. Cerca de donde ahora hay un campus universitario antes había una fábrica de fertilizantes, Fertiberia. El rumor salta a los medios de comunicación: prensa, radio, televisión, redes sociales. La Universidad abre una investigación: 23/1/2016 La UDC abre una investigación sobre la salubridad del edificio de Sociología y Comunicación La intención parece claramente tranquilizadora: 27/1/2016 El rector de la UDC dice que no hay "datos" que vinculen los casos de cáncer en Sociología con el edificio 27/1/2016 El rector vería "sorprendente" que el edificio de Sociología tuviese rie

Reestructurar la Universidad

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La imagen es del Consejo de Gobierno de mi Universidad. Podría ser la de cualquier otra Universidad pública española. A pesar de las diferencias en los estilos de gestión y de los dineros públicos que reciben, todas sufren problemas semejantes. Y no son fáciles de resolver. Por las leyes que condicionan el sistema, por el sistema que condiciona las leyes. Por las inercias personales de los académicos y los prejuicios de los políticos. Por la falta de comunicación, por las ideologías, los intereses y el desconocimiento. Desconocimiento. Sí. Quizá el problema más importante. La opinión pública, en general, los medios periodísticos en particular, hasta a veces los ministros y los consejeros autonómicos de Educación tienen un enorme desconocimiento de la Universidad. Y la Universidad tiene un enorme desconocimiento de la sociedad real, del mundo de la empresa y hasta de si misma, de las disciplinas que imparte, de sus estudiantes, de las habilidades de gestión de recursos y personas q

Adiós Wert, otro a la lista

Otro ministro de Educación que cae. El peor. Uno de los peores. ¿Llega otro que bueno lo hará? Lo cierto es que, salvo por el intento de Ángel Gabilondo de alcanzar un consenso educativo, no recuerdo un solo ministro "del ramo" (qué bonita expresión) que me dejara un mínimamente aceptable sabor de boca. Quizá la figura no es la más adecuada. Pero a muchos me los he tenido que tragar, como estudiante, como periodista y como profesor. Estudié la EGB y el BUP de Villar Palasí. Entré en la Universidad saltando de Mayor Zaragoza a Maravall, con los "penenes" en huelga constante, la revolución de la LRU que acabó muy lentamente con la Universidad franquista, que en el fondo fue la que sufrí mientras la nueva no llegaba del todo. Admito que, por cuestiones personales, de Solana y Rubalcaba apenas tengo recuerdos en el cargo, salvo porque se multiplicaron las Universidades y nació la LOGSE. El problema era el dinero, pero en teoría la cosa no pintaba mal del todo. En esto

Contra la eliminación de Facultades (2)

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No existen demasiadas universidades públicas en España, y mucho menos en Galicia. En los países desarrollados cuentan como mínimo con una Universidad cada 750.000 habitantes. Y las mejores Universidades del mundo tienen una dimensión semejante: unos 20.000 estudiantes, casi 30.000 personas implicadas si sumamos profesores, investigadores y trabajadores de administración y servicios. La gran diferencia es el presupuesto por estudiante. Y la procedencia de ese presupuesto. Las mejores universidades privadas estadounidenses tienen más presupuesto público que las universidades públicas españolas. Además cuentan con la participación privada de empresas, antiguos alumnos y una enorme capacidad comercializadora de patentes y contenidos divulgativos y científicos. El gobierno español ha recortado en educación y sanidad. La Universidad está en la ruina. Se reducen becas, sueldos, puestos de trabajo, se suben matrículas, acortan la duración de las carreras, se rebajan las horas dedicadas

Contra la desaparición de Facultades en la Universidad

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En mi Universidad quieren fusionar Facultades. No es la primera vez ni será la última. El argumento "aparente" es el ahorro. Un 0,2% en nuestro caso. Aunque fusionasen las 21 Facultades en una sola, el ahorro "aparente" sería poco más del 1%. Simplemente con los extras que cobran rector, vicerrectores y gerencia ya se ahorra lo mismo. Así que no es "ahorro". Ahorro es reducir viajes, protocolos, burocracia, papel, experimentos digitales, coches oficiales... No cerrar Facultades, Laboratorios, Departamentos. Ahorro es usar software libre y hasta gratuito. Hacer más videoconferencia y menos aviones. Tener una central de compras que pueda operar en Internet y no usar intermediarios con márgenes disparatados por poner simplemente una tarjeta de crédito. Ahorrar no es montar falsas televisiones universitarias, tener la calefacción encendida en edificios cerrados. Ni poner trabas a conseguir ingresos, hacer una patente, una spin-off o enterrar en papeleo a un

25 formas de engañar a los estudiantes

1. Convencerles de que la Universidad favorece la "empleabilidad". 2. Prometerles que la Formación Profesional es una buena forma de acceder a la Universidad. 3. Explicar que un ciclo medio de FP proporciona salidas académicas 4. Ponerles más de una docena de asignaturas por curso en casi cualquier nivel. 6. Examinar de teoría a los niños en Educación Física. 7. Darles clase de flauta. 8. Hacerles creer que los profesores saben de qué hablan aunque les hayan adjudicado la docencia de cualquier materia unos días antes de empezar el curso. 9. Empezar el curso Universitario antes de que se celebre la Selectividad. 10. Ponerle nombres a los títulos o a las asignaturas que no se corresponden con el contenido. 11. Obligarles a que tomen apuntes de textos que pueden encontrar en Internet. 12. Aprobarles inglés durante 13 años sin que sepan inglés. 13. Darles clases de software de Microsoft diciendo son clases de tecnología. 14. Seguir hablándoles de libros que ni han leí

El plantón de los rectores

En muchas ocasiones les he acusado de no defender los intereses de la Universidad, así que tengo que admitir que el  plantón de los rectores españoles al ministro  de Educación ha sido un gesto de dignidad plausible (digno de aplauso, vamos). Claro que el propio Wert o la prensa pro gubernamental, e incluso quienes estén en contra de los "señoritos" universitarios pueden criticarlos. Al fin y al cabo son cargos políticos elegidos por sufragio universal entre los catedráticos de sus respectivas instituciones por profesores, estudiantes y personal de administración y servicios. Y muchos de ellos con el apoyo obvio del partido de turno. Por eso hasta ahora nunca habían sido capaces de tomar una decisión tan unánime y tan brusca ante un ministro. Así que imagínense qué habrá pasado para que en todos estos años de aberraciones universitarias no haya ocurrido lo de esta semana. El ministro justifica sus decisiones, que más o menos se resumen en subida de tasas, de horas docen

El plan para desmontar la Universidad

Primero redujeron las Licenciaturas de cinco años a cuatro. Como multiplicaron el número de Universidades, de titulaciones y de asignaturas por curso, la atención se desvió y no ocurrió nada. Después redujeron el número de horas dedicadas a clases. Si en una carrera en la Ley de Reforma Universitaria (LRU) de cuatro años un estudiante recibía unas 3.000 horas, con los Grados de Ley Orgánica de Universidades (LOU) se convirtieron en unas 1.500. Como los profesores daban las mismas horas, nadie puso el grito en el cielo. Repetían las prácticas en grupos más reducidos y listo. Los estudiantes reciben menos clases pero más personalizadas, decían, y coló. Después incorporaron a todos los Grados Proyectos Fin de Carrera, ocupando a veces medio o hasta un cuatrimestre entero. El número de créditos es el mismo que el de una, dos, tres o más asignaturas. Pero no hay clases. Así que tampoco hay profesores. Y las prácticas en empresas también las contabilizaron en créditos como si fueran

La buena educación

No está mal que se vuelva a discutir por enésima vez de educación. Que la derecha aparentemente la desprecie o la utilice como filtro entre clases sociales, que la izquierda la convierta en arma sindical o fuerza "empleabilizadora". El poder debe controlar para ser poder. Incluso el poder del profesor vitalicio amamantado por el sistema. O el del padre "propietario" de su vástago. O el del estudiante crecido por tanto mimo y derecho. Machacar al funcionario, al político, al niñato es casi una reacción "natural" de la sociedad que se puede alimentar fácilmente desde los medios de comunicación. Así que siempre que se haga algo más, por poco que sea, no está mal. Los periódicos están repletos de artículos de opinión. Pero los hechos son los hechos. Y según los hechos, en este país no creemos en la educación. Al menos no tanto como decimos. Nos faltan dos pilares esenciales: el pragmático y el idealista. El pragmático sostiene que la educación acaba siendo r

La nueva FP y otras propuestas

Cada vez me gusta más la idea de un amigo sobre la necesidad de elevar la edad de acceso a la universidad. Como profesor de enseñanzas medias, me aseguraba que era un disparate pretender una educación obligatoria hasta los 18 pero al mismo tiempo le parecía un desperdicio sentar a estudiantes de esa edad en un aula magna. El problema es que los niños crecen muy rápido, pero la adolescencia se ha alargado como mínimo hasta los 20 años o más. De modo que su propuesta consiste en ampliar hasta los catorce la primaria y fundir entre los 14 y los 20 años la secundaria, el bachillerato y formación profesional con un título (mixto) cada dos años. La formación universitaria se podría cursar entre los 20 y los 26, con otros tres niveles o ciclos, cada uno también con su propia titulación. Lo sé. Otra propuesta más. Quizá tan válida como cualquier otra, con el inconveniente de la homologación con Europa. Pero piensen en algunas ventajas: -Una de las grandes preocupaciones actuales es la &quo

La Universidad que tenemos y la que queremos

A los periódicos españoles les ha dado por hablar de la Universidad. Varias elecciones a rector casi simultáneas, con el morbillo, al parecer inevitable, del color partidista, las primeras quejas del sistema Bolonia , runrún sindical, exceso de títulos con pocos alumnos , problemas de financiación para gastos corrientes, decretos decepcionantes como el   estatuto del estudiante o de doctorado , oscurantismo y sospechas en las llamadas "agencias de calidad" que deciden sobre le futuro laboral de los profesores, controversias territoriales con los llamados "campus de excelencia" , rebajas en las partidas de investigación ... los problemas se amontonan. Nadie está contento. No quiero entrar demasiado hondo en los porqués, pero seguramente la universidad que queremos no es la universidad que tenemos. Y esta es la sensación de los profesores, los investigadores, los estudiantes, los padres, las empresas... y los medios de comunicación. Las relaciones de los medio

La "subcircunscripción" femenina

Supongo que todavía me siento un periodista infiltrado en la Universidad pública española y que algún día caeré en la tentación de hacer ese reportaje, documental o lo que sea sobre muchas de las cosas que me hacen abrir la boca como un pasmón. Mientras tanto voy usando este blog como terapia. Hoy me ha dado un nuevo ataque de piojos: Elecciones a claustro en la Universidade da Coruña. En mi circunscripción se presentan 6 hombres y 2 mujeres, hay que votar a cuatro, pero tienen que ser como máximo 2 hombres y 2 mujeres. Han creado la subcircunscripción femenina. No sé si esto es legal, constitucional, moral, discriminatorio positivo o negativo, políticamente correcto, de género idiota... ya no sé nada. Sólo siento vergüenza.

Periodismo y Universidad de "calidad"

Llevo unos días de discusiones, de esas en las que se arregla el mundo y en las que de manera insistente surgen tres palabras: Periodismo, Universidad y Calidad, así, con mayúsculas. Antiguos compañeros de trabajo dicen envidiarme por haber dejado el Periodismo a tiempo. Antes de que empezara la crisis. ¿No te has enterado?, van a echar a 150 aquí, allá se han bajado el sueldo un cinco por ciento, aquel gratuito cerró, la emisora al final no se puso en marcha... Y además del lloro surge la reflexión sobre la calidad perdida de las Redacciones, los salarios paupérrimos, el abuso de las prácticas, la escasez de libranzas, la excesiva juventud, la entrega al poder, llenar por llenar, vender por vender o dejarse comprar por dejarse comprar. Y lo cierto es que mi experiencia personal lo corrobora: la mayoría de los dueños de medios de comunicación que conozco no han querido o no han sabido invertir en la creación de Redacciones de calidad, donde la media de edad debería rondar los 45 años

Creadores vocacionales y baratos

Quizá sea una cuestión vocacional, pero el que disfruta cantando, canta, gane o no gane dinero. Si le gusta escribir, dibujar, bailar, pues lo hace. Es uno de los problemas, o ventajas, de las llamadas industrias culturales: siempre hay alguien dispuesto a crear. La industria, para obtener beneficios, puede invertir en los creadores o esperar simplemente a que creen por generación espontánea, apropiarse de sus creaciones y hacer negocio o simplemente disfrutarlas en el caso de ser sólo un consumidor final. Pagar a los creadores es cosa de sociedades avanzadas y acomodadas, una vez que ya han pagado necesidades primarias. Piratearlas, también, incluso hasta el extremo de las empresas que viven del diseño ajeno y que les compensa pagar indemnizaciones cuando son condenadas por plagio. Esto ocurre con la "cultura". Pero también la "ciencia". En España se investiga mal, poco, de forma ineficiente y, sobre todo, vocacionalmente. Y si llega la crisis, los presupuest

¿Quieres un trabajo o quieres trabajar"

Usted no es feliz. Le duele algo, no le quieren, está gordo o flaco... y no gana 75.000 dólares al año . Bueno, yo tampoco. Tampoco los gano, quiero decir, del resto no pienso confesar. Pero si alguien le garantizara el sueldo que proporciona la felicidad, ¿qué le gustaría hacer para ganarlo? Claro que le seguirán doliendo trozos de cuerpo y de alma cuando toque, y se seguirá viendo feo o lo que le diga el espejo... no importa, olvídelo. Usted gana al menos cuatro mil o cinco mil euros mensuales, ahora elija su ocupación. Si coincide con la actual, usted sí que tiene muchas papeletas para la felicidad, y si no la alcanza es que lleva los problemas montados de serie, no como extra. Es la diferencia entre tener un trabajo y trabajar, entre tener que hacer y querer hacer . Claro que si alguien le pasa ese dinero by the face , quizá lo último que le apetezca sea trabajar, quizá prefiera estar de juerga, hacer deporte, viajar, qué sé yo. Entonces o bien le echa imaginación y convierte su o