Letras, autores y lenguas
De vez en cuando me gusta leer algún libro de historia. Siempre he pensado que los historiadores son como los periodistas pero con cierto retraso (sin ánimo de ofender), vamos, que tienen más tiempo. Así que los considero una especie de colegas con similar afán por la verdad, la neutralidad y la soñada objetividad. El escribano más libre de sesgos que uno pueda imaginar. Es decir, que lo intenta honestamente, consciente no solo de que no lo va a conseguir sino también de que algunos sesgos ni siquiera sabe que los tiene. Por eso leo historia con la misma sana cautela que los periódicos. No digamos ya las redes sociales, por favor. Y hoy, Día das Letras Galegas, pienso en los que proponen candidatos para su honra, los que escriben biografías para su justificación y los que, sin haberlas leído jamás, ojean a última hora sus obras, sin tiempo ni afán para la crítica no siendo que les acusen de ir contra la lengua, contra la patria y quién sabe cuántas cosas sagradas más. Se dedica el año