No prefiero ser pianista en el burdel
Asumámoslo, algo hacemos mal los que nos dedicamos a la Comunicación, así, en general porque si no es incomprensible la imagen que tiene de nosotros una buena parte de la sociedad. Dicho en pocas palabras: los periodistas somos unos mentirosos, indocumentados, sensacionalistas y verduleros; los publicistas, unos manipuladores sin escrúpulos que se forran engañando a la gente; los del cine, unos caraduras que viven de la subvención, activistas políticos coñazos incapaces de hacer productos decentes (y eso se dice incluso de Celda 211); la televisión es directamente basura; muy pocos están dispuestos a pagar por contenidos (y eso se dice el año de Avatar o Modern Warefare 2); y hasta en las Universidades las disciplinas de Comunicación son como de segundo nivel, no se reconoce como campo científico, los filólogos dicen que preparan periodistas; los informáticos, diseñadores; los ingenieros y hasta los rectores creen que lo importante son los cacharros, las redes, las antenas... Natural