Noticias inconexas

Imagine que usted puede ver y escucharlo todo, sin dejar rastro, con total impunidad, incluso aunque le resulte imposible o ilegal utilizar abiertamente la información que obtiene, simplemente por saber, como el Gran Hermano. Quizá empezaría por curiosidad, después tal vez por aprovechar oportunidades, más tarde directamente por dinero, pero al final, de forma inevitable, sería siempre por poder. El poder de saber lo que no deberías, o lo que nadie imagina que sabes. Al margen de la profesión que uno ejerza, sea policía, segurata o detective, periodista, sociólogo, psiquiatra o simplemente cotilla, una persona es una persona, con debilidades comunes a todo el género humano. Queremos enterarnos y si es gratis, facilísimo, impune y anónimo, la tentación es irresistible a poco que el objeto espiado sea de nuestro interés.

El Estado, como cualquier otra organización humana, depende en última instancia de los individuos que ejercen el poder en su nombre. Si existen sistemas de información que les permiten acceder a la vida del prójimo sin control alguno, inevitablemente alguien hará un uso fraudulento, puede incluso que acaben por ser muchos, incluso una gran mayoría.

Ahora sabemos que existe SITEL, o que la CIA compra empresas para controlar las redes sociales, o que el 44,5 por ciento de los ordenadores están infectados por un software que permite controlarlos a distancia. Tres noticias que se divulgaron en la misma semana en la que, por ejemplo, la tradicional marca de bolígrafos Inoxcrom se declaraba insolvente, que cerraban medios digitales y en papel (Soitu y La Opinión de Granada) o que morían tres hombres que dominaban la escritura y la voz, Ayala, López Vázquez y Levi-Strauss.

Mientras tanto, Facebook se incorporaba oficialmente a la tríada del poder en la Red, junto a Google y Microsoft.

Noticias que nada tienen que ver, o que tienen que ver en todo. Época de cambios. Todas lo son. La naturaleza humana cambia menos.

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