Vanidades, ex poderosos y la red
Con los años, uno va conociendo cada vez más ex. No me refiero, que también, a los ex maridos o ex mujeres; sino a ex presidentes, ex empresarios, ex poderosos en general. Apenas importa si están podridos de dinero o si sólo tienen para mantener la dignidad: todos comparten la vanidad herida de la pérdida del cargo, la melancolía de su salida del puesto, el descenso de puntos en la cotización social, pero la íntima, no la del homenaje, por dios, quién quiere homenajes. Son personajes muy interesantes. Por su biografía, su experiencia, su visión al acabar el ciclo, su reencuentro con el mundo exterior a su campana de cristal y su dossier de prensa. Mantienen muchos contactos. En realidad casi todos conservan un enorme potencial para emprender proyectos, para consolidarlos... pero ninguno les parece suficiente o ya no se ven con ganas. Hay ahora toda una generación de ex que además se encuentran con la insolencia de Internet, que les tutea o les ignora, y les entra en casa por la puerta