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Manejando el mando

Esta mañana he estado en una amena charla de Ricardo Vaca . Aconsejaba invertir en Telecinco y Antena 3  porque seguirán llevándose el gato al agua en la publicidad audiovisual. Su visión no era muy optimista acerca de las posibilidades de subsistencia de las cadenas minoritarias, ni qué decir tiene de las cadenas locales. Internet, todavía es una incógnita tan hiperfragmentada que ni siquiera se contempla más allá de un largo parto. Y mencionaba la famosa cita de Antonio Gramsci sobre la crisis: cuando lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer. La testaruda realidad. La resistencia al cambio. Si algo representa a la perfección el actual statu quo, el zeitgeist, sin ninguna duda es la televisión. Y siendo un sector donde todo está siempre en el aire, si me permite la broma, desde los programas hasta los ejecutivos, resulta todo un paradójico espectáculo comprobar cómo se resiste al cambio. Digo televisión pero en realidad me refiero a la audiencia de la televisión y a

Ciudadanos normales

Pues tras las elecciones municipales y autonómicas en España, yo me esperaba más votos para el Partido Popular, sobre todo teniendo en cuenta al PSOE. También me esperaba más votos para Izquierda Unida, y para UPyD. Y, aquí en Galicia, para el BNG. Sobre todo teniendo en cuenta al PSOE. Pero voy a dejar la política al lado un momento. Porque viendo a tanto votante, incluido los blancos y nulos, y viendo tanto hincha futbolero o hincha sin más, me pliego a la normalidad de los ciudadanos normales, los que no acampan, sean o no regulados o prejubilados o les rebajen el sueldo, personas realistas que disfrutan viendo descabalgar al que manda o subir al aspirante, a veces cándido candidato, que no creen en las revoluciones ni en las reformas, ni siquiera en los productos financieros que contratan. Sólo van al bar o a la grada y van tirando, aunque sea tirando para abajo. Lo malo de la normalidad es que no cambia el modelo productivo de un país, sino que se acostumbra morosa al recorte en

Indignados

Manifestaciones, concentraciones, acampadas... la "spanishrevolution", unos cientos, unos miles, quizá lleguen a cientos de miles, ¿millones? A veces estas movilizaciones consiguen milagros. Pocos milagros. Pocas veces. Pero si no existen, nunca ocurren. Personalmente preferiría que todos lo que piensan o pensamos que los políticos mayoritarios no nos representan votasen a otros, a los minoritarios, o creásemos nuevos partidos, nuevos movimientos que salten al ruedo de las urnas, sin abstención, sin voto nulo, o incluso que se asalten los propios partidos mayoritarios, inundándolos de nuevos afiliados y provocando mecanismos de democracia interna, desde las juntas locales hasta los congresos nacionales. Preferiría, en definitiva, que la gente volviera a la política, no sólo a la calle. Y que la Democracia Real Ya se ejerciese por convencimiento individual de que tenemos poder, al menos un cierto poder. Nos han dicho desde siempre que la conciencia política depende de la for

Comunicación milagrosa

Compré una cámara de fotos por 350€. Si tuve que pagar el 18% de IVA, ¿cuál fue el coste total? Este es el enunciado de un ejercicio de Matemáticas de primer curso de Secundaria. ¿Cómo respondería usted? Mi intención inicial fue buscar el truco. Porque la única respuesta que se me ocurría era... 350€. Mi hijo me aclaró que no, que se trataba de sumarle el IVA. No había que calcular la base imponible, ni era un juego de palabras sobre el concepto de coste. Sencillamente el profesor se explica mal y los alumnos (al menos algunos) le entienden. Inaudito, pero muy representativo de los milagros de la comunicación. Ayer recibí una comunicación de mi Universidad sobre el reparto de las clases para el próximo año. También era milagrosa. Hablaba de las reducciones de docencia por distintos conceptos utilizando el famoso crédito europeo (ECTS) como unidad de medida, pero para rellenar el impreso había que utilizar la hora como unidad de medida. ¿Cuántas horas son un crédito?, antes era fáci

Cómo ir vestida a la oficina

Si fuera serio, hoy estaría hablando de Zapatero, o incluso de mi antiguo compañero y jefe,  José Luis Gómez, que ha dejado la dirección del Xornal Diario, o de también compañero y jefe Bieito Rubido, actual director de ABC, y su acoso en PRnoticias... Salvando las distancias, han sido tres nombres que mis lecturas en redes sociales este fin de semana no han podido evitar. Pensaba yo por enésima vez en lo rápido que los columnistas, tertulianos, blogueros, tuiteros, foreros y demás opinadores dejamos nuestra huella tanto con personajes que pasarán a la historia, como un presidente de Gobierno, como con profesionales más o menos conocidos o anónimos tales como directores de periódicos. Pero si titulo un comentario sobre ellos con una frase simbólica, ningún buscador lo encontraría. Si lo hago con Zapatero, se perdería en el marasmo del trending topic o tema del momento. Y si titulo con Gómez o Rubido, seguramente sólo aparecía esta entrada ante los colegas más o menos ansiosos de cotil

La nueva FP y otras propuestas

Cada vez me gusta más la idea de un amigo sobre la necesidad de elevar la edad de acceso a la universidad. Como profesor de enseñanzas medias, me aseguraba que era un disparate pretender una educación obligatoria hasta los 18 pero al mismo tiempo le parecía un desperdicio sentar a estudiantes de esa edad en un aula magna. El problema es que los niños crecen muy rápido, pero la adolescencia se ha alargado como mínimo hasta los 20 años o más. De modo que su propuesta consiste en ampliar hasta los catorce la primaria y fundir entre los 14 y los 20 años la secundaria, el bachillerato y formación profesional con un título (mixto) cada dos años. La formación universitaria se podría cursar entre los 20 y los 26, con otros tres niveles o ciclos, cada uno también con su propia titulación. Lo sé. Otra propuesta más. Quizá tan válida como cualquier otra, con el inconveniente de la homologación con Europa. Pero piensen en algunas ventajas: -Una de las grandes preocupaciones actuales es la &quo

Por qué no nos metemos en política

La frase de Franco "haga como yo, no se meta en política" ha servido para ilustrar la aversión que tenemos en este país a ejercer, defender y sostener ideas políticas además de cargos políticos. En realidad, cargo e ideas parecen conceptos incompatibles. Vean el caso de Zapatero, que presumiendo de banderas izquierdistas ha acabado aplaudido por Botín y dejando a los trabajadores más pobres, menos protegidos socialmente y con el recibo de la luz por las nubes (es un ejemplo). No nos queremos meter en política por ideas. Al parecer algunos sólo aceptan la oferta por oportunidad laboral o de enriquecimiento pero no porque pretendan hacer las cosas como ellos creen que se deba hacer. Ni siquiera por hacerlas como la mayoría de la gente cree con tal de que les vote. Esa clase de marketing mal entendido en el que se ha convertido la supervivencia de los partidos. Y es que las empresas sí deben orientarse a la demanda, esa es la clave del marketing. Pero las ideas no, salvo que l