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Escribe un papel y viaja con él

Llevo unas semanas en que no paran de hablarme de una nueva casta de famosos: los speakers (resista la tentación de traducirlos por charlatanes, por favor). Los entrevistan en televisión, se ofrecen en correos masivos, en folletos, en webs, adornan congresos, galas, banquetes y convenciones. Quizá con este blog yo hago algo parecido, en malo, naturalmente. Aunque me enfrento a mis propios problemas. Por ejemplo, desde que uso un iPad me he convertido más en lector de internet que en escritor, mi blog poco a poco tiene menos y menos entradas. Pero es curioso que también puede coincidir con esa sensación que muchas personas tienen de que es mejor "escribir un papel y viajar con él". Casi un único mensaje, al menos durante una temporada, repetido ante distintos públicos, con los mismos chistes. Puede ser una teoría, un discurso de motivación, un ejercicio de "coach", una "performance", una charla sobre hombres y mujeres. A la gente le encantan esas cosa

Los Goya de Internet

Han sido los Goya de Internet, de las relaciones del cine e Internet para ser más exactos. Aunque en realidad habría que decir de las relaciones entre la cultura, la educación, el poder e Internet.  Un discurso de Alex de la Iglesia que bien vale para remarcar el cambio que el poder siempre se resiste a ver: el cambio en el cine, en el aula , en la empresa, en la comunicación en general. Nunca ha sido tan fácil ni tan barato producir contenidos con una impensable calidad técnica. Nunca ha sido tan fácil ni tan barato distribuirlos. Nunca ha sido tan fácil ponerles un precio ridículo. Nunca ha sido tan barato ponerle puertas al campo. Los que mandan se seguirán resistiendo. Seguirán siendo lentos en sus reacciones. Conservadores, en definitiva, que tratan de parar el avance del río con las manos. Como siempre. Como cuando trataron de impedir que la gente aprendiera a leer y a escribir. Como cuando querían controlar la imprenta. Como cuando quieren, aún, válgame el cielo, "conced

Dudas de editores de periódicos

Los editores europeos no se llevan bien con el iPad. No me extraña. Lo que puede ser su penúltima esperanza se convierte en un verdadero quebradero de cabeza. Las dudas son muchas. ¿Cobrar o no?, y si es sí ¿cuánto?, ¿venta al número o suscripción?, ¿venta en lote con otras publicaciones?, ¿cambiar al quiosquero por Apple?, ¿prefieren hacer versiones para varias tiendas como la nueva de Yahoo, la de Google o BlueVia de Telefónica?, ¿tienen que ofrecer versiones para iPad, android, ereader... o se 'casan' sólo con una plataforma?, ¿buscan nuevos lectores o reconvierten a los que tienen?, dicho de otro modo ¿llevar lectores del papel a la pantalla o internautas interactivos y multimedia a la lectura sin tanta distracción?, ¿trasladan los ahorros de la impresión y distribución del papel a los lectores o a las redacciones?, ¿solo texto y fotografía o también vídeos y enlaces a la web y en especial a las redes sociales?, ¿diseño gráfico mejorado o animaciones y audio y todas cuanta

Somos mansos

No sé exactamente que les está ocurriendo a los españoles, ya no como país, sino como un suma de individuos. El pesimismo, una vez más en la historia, nos paraliza. El colchón familiar, supongo que también la economía sumergida o el calcetín del ladrillazo, amortigua los efectos del paro. Somos uno de los países con mayor fracaso escolar. El cuarenta por ciento de los más de cuatro millones de parados tienen menos de treinta años. No nos reproducimos. No montamos nuevas empresas. Asistimos sin inmutarnos al progresivo empobrecimiento general presente y futuro. Modificamos por tercera vez el sistema de pensiones en la democracia y estamos convencidos de que se seguirá modificando, siempre a peor, en los próximos años. Coincidimos en que los políticos son más mediocres que nunca, que los bancos y los mercados mandan sobre la democracia pero no surgen nuevas alternativas y nadie con un currículum mínimo piensa en dedicarse a la política. Visualizamos los dramas ajenos como las estadística

Las conversaciones no coinciden

Reconozco que estoy sorprendido con mi propio entorno digital, que no con el personal. Todos o casi hablan de la Ley Sinde y el futuro de las cajas de ahorro. Son mensajes de protesta, de queja. Supongo que ese entorno del que me empiezo a sentir un poco extraño no tiene problemas de empleo, ni de años de cotización para jubilarse, ni siquiera de futuro global, quiero decir, de los barrios vacíos del pelotazo, de embargos, de los locales en venta o en alquiler que ni se venden ni alquilan, de ausencia de nuevas empresas, de aceptar recortes y más recortes sin que nadie trate de vender más, de buscar nuevos mercados, de innovar. En mi mundo real,vamos, el de carne y hueso,se habla más que nunca de que algo hay que hacer ya. Hoy los informativos nos han vendido un Obama bajando a la arena para animar a los estadounidenses a espabilar si no quieren que los chinos los rebasen por todos lados. Google crea empleo, Prisa o la BBC lo reducen. La innovación, la real, la de andar por casa. Aquí

Globos de Oro chapado

Táchenme de poco romántico, pero me ha dado por ver los Globos de Oro de 2011 con perspectiva económica, que no están los tiempos para tirar el dinero. Y me he llevado una cierta alegría al comprobar cómo los premios no se han entregado a los grandes prepuestos, aunque sí a los grandes retornos. Voy al grano: Mejor película, director y guión: The social network . 40 millones de dólares de presupuesto, más de 200 millones de recaudación. No está mal. Mejor comedia: The kids are all right . 4 millones, sí, sólo 4 millones y 30 millones de recaudación. Arrebatando por cierto el Globo de Oro a la Alicia de Tim Burton (200 millones de coste y mil millones de ingresos) y The Tourist (100 millones de coste y menos de 200 de ingresos) En el mejor largo de animación ya se confirma la victoria del poderío: Toy Story 3 , con presupuesto de 200 millones, más de mil millones de recaudación, más o menos como Alicia en el país de las maravillas. E igual en televisión, donde Broadwalk Empire h

El sueldo de los políticos

La cuestión se ha vuelto a poner de actualidad una vez más por los fichajes de Felipe González y José María Aznar. Gas Natural Fenosa y Endesa los han contratado por algo más de 125.000 y 200.000 euros respectivamente. Y además cobran 80.000 euros de las arcas públicas en calidad de ex presidentes del Gobierno. No puede ser, claro. En un país donde el presidente en activo tiene un sueldo oficial de 78.000 euros, esto es una vergüenza. O la vergüenza son los sueldos de los políticos, claro. Aunque en realidad, la vergüenza está en que los políticos tengan otros beneficios menos confesables y públicos y que en este país seamos unos fariseos. Somos el país (otros también, lo sé) del salario mínimo interprofesional, del convenio colectivo sectorial, de las becas indefinidas, de los contratos de prácticas falsos, de las dobles patronales para que la gente no tenga antigüedad, de las tasas notariales y registradores o las prebendas de estancos y administraciones de loterías, de la dosifica