Neutralidad y puertas (entreabiertas) al campo
El concepto de neutralidad de la red, es decir, que todo los datos se traten igual por los proveedores, debería ser tan sagrado como el de la neutralidad del aire. Ni siquiera debería admitir discusión, ni mucho menos necesitar protección. Después la realidad se encarga de demostrarnos que esa neutralidad ya es muy relativa, que solo se encuentra en Internet lo que los buscadores quieren que encontremos y lo que nuestros navegadores y sistemas operativos nos permiten ver. Los proveedores no iban a ser los santos de la película por el simple hecho de estar forrándose. Tampoco son neutrales, claro, aunque tratan de mantener las formas. Los usuarios, no obstante, estamos moderadamente satisfechos, sobre todo porque nos damos cuenta de lo fácil que sería volver a los tiempos de infovía (en el caso de España) o incluso de la emulación de terminal por el tentador camino de capar determinados accesos o convertir en monopolios de acceso aplicaciones concretas, redes sociales concretas o dispo